350 instalaciones eléctricas adscritas a Agricultura y Medio Ambiente amenazan la biodiversidad de los entornos urbanos
Las torretas finales de línea que abastecen de energía eléctrica a las depuradoras de agua residuales son potencialmente peligrosas para la avifauna
ADENSVA, solicita a la titular de Agricultura y M. Ambiente, Mireia Mollá, presidenta del consejo de administración de la EPSAR que subsane las deficiencias anteriormente mencionadas en las instalaciones que se vean afectadas
La asociación para la defensa de la naturaleza al sur de Valencia ha podido comprobar, que el 70% de las estaciones depuradoras de aguas residuales, en adelante EDAR, es decir unas 350 depuradoras de las 500 existentes en la C. Valenciana, son abastecidas de energía eléctrica a través de una línea aérea extremadamente peligrosa para las aves.
El final de estas líneas está sujeto a un apoyo con puentes flojos dominantes sin forrar; un tipo de instalación cuya peligrosidad extrema es conocida por la Conselleria, sin embargo, carecen en su inmensa mayoría de protecciones para la avifauna frente a la electrocución.
Solamente en un 30% de las EDAR la acometida eléctrica es mediante tendidos trenzados y aislados o subterráneos.
En algunas EDAR se han registrado electrocuciones de aves rapaces protegidas; sin duda muchas menos de las reales, ya que el hecho de que se encuentren en un recinto cerrado dificulta enormemente su revisión.
La Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (EPSAR), es una entidad adscrita a la Consellería presidida por Mireia Mollá, al mismo tiempo, el cargo de presidente de su consejo de administración recae en la titular de Agricultura, algo que según Adensva debería motivar la corrección de unas infraestructuras asociadas a unas instalaciones, cuya responsabilidad recae precisamente en la Conselleria con competencias medioambientales.
Adensva ha criticado en numerosas ocasiones la pasividad de la administración frente a este problema medioambiental, ante el cual, convenia las obligaciones insertas en legislación de los responsables, procediendo a la corrección de un determinado número de apoyos al año, consiguiendo de esta manera eternizar el problema, y por supuesto sin abrir expedientes sancionadores como hace la comunidad vecina de Castilla la Mancha, donde las sanciones impuestas a los responsables imprimen un ritmo de corrección mucho mayor que el de la Comunidad Valenciana.
Aunque muchas de las líneas que abastecen a las EDAR sean responsabilidad de una compañía eléctrica, la torreta final de línea, la más peligrosa de todas, suele ser en la inmensa mayoría de casos propiedad de la instalación a la que abastece.
Desde Adensva han podido comprobar con asombro como ni tan siquiera todas aquellas líneas que abastecen a las EDAR de poblaciones situadas en ZEPAS (Zonas de Especial Protección para la Avifauna) disponen de los mínimos elementos para evitar la muerte de las aves. Como se ha podido comprobar en las EDAR de términos municipales como el de Salem, Vistabella del Maestrat, Morella o Fontanares, algo que pone de manifiesto la escasa voluntad de la Conselleria que preside Mireia Mollá en resolver un problema medioambiental gravísimo que afecta sobre todo a las aves rapaces es decir a los controladores superiores de las cadenas tróficas, la flor y nata de nuestra avifauna, perjudicándose de esta manera a la agricultura al no existir un eficaz control natural depredatorio sobre determinadas especies.
Durante el estudio se ha podido comprobar que algunas instalaciones puestas en marcha a partir del 2015-2016 disponen de una línea eléctrica a efecto, en la que tampoco tuvieron en cuenta a las aves, contraviniéndose con ello leyes como la 26/2007 de Responsabilidad Medioambiental artículo 17 y 18 en los que deja bien claro, que ante la sola amenaza de daños medioambientales originada por cualquier actividad, el operador debe adoptar sin demora las medidas preventivas apropiadas, conociéndose al menos desde el año 2008 las características técnicas por las cuales una línea resulta peligrosa para la avifauna, precisamente por que el RD 1432/2008 ya especificaba las medidas necesarias para proteger a las aves.
Pese a ello las líneas eléctricas construidas para dotar de energía a las EDAR no adoptaron ninguna de las medidas contempladas en el articulo 6 de dicho Real Decreto.
Remontándonos al año 92, la Ley de Industria ya contemplaba en su artículo 9, la electrocución de fauna como riesgo relacionado con la seguridad industrial.
Por otra parte, las eléctricas, otro de los actores implicados en este gravísimo problema medioambiental, llevan utilizando desde hace mucho tiempo el argumento de la falta de financiación del estado para acometer las correcciones necesarias en sus instalaciones, todo ello al amparo de la disposición adicional única del Real Decreto 1432/2008 que incumple flagrantemente el principio constitucional de jerarquía normativa al contradecir normas de mayor rango como la ley de Responsabilidad Medio Ambiental o la mismísima Directiva Europea de Aves convirtiendo así el principio europeo de quien contamina paga en un quien contamina cobra.
Desde Adensva van a instar de nuevo a la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente a que cumpla con la legislación vigente para proteger a la avifauna de unas instalaciones a cargo de una entidad cuyo consejo de administración está presidido precisamente por la propia consellera.