El Incliva demuestra la utilidad de la resonancia magnética cardíaca en pacientes con infarto agudo de miocardio
La resonancia magnética cardíaca permite predecir el riesgo de eventos adversos incluso más allá de 5 años después
El día 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, con el objetivo de dar a conocer las enfermedades cardiovasculares, su prevención, control y tratamiento. Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo y pueden estar originadas por múltiples factores, pero muchos de ellos pueden prevenirse con una buena alimentación (dieta cardiosaludable), aumentar la actividad física y evitar hábitos como el consumo de tabaco.
Otra baza fundamental para luchar contra las enfermedades cardiovasculares es la investigación. En este sentido, una investigación del Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, del Hospital Clínico de València, demuestra la utilidad de un novedoso estudio de la función cardíaca mediante resonancia magnética cardíaca en determinados pacientes que han padecido un infarto agudo de miocardio.
El estudio intenta esclarecer en qué pacientes la realización de esta prueba podría ser de más utilidad de forma precoz tras el infarto y analiza la estratificación del riesgo a largo plazo y mediante estudios secuenciales con resonancia magnética cardíaca. "Nuestro objetivo final es confirmar en qué pacientes resulta útil realizar la prueba, cuándo realizarla, y qué acciones se pueden derivar tras la misma, como cambios en el tratamiento que, en última instancia, sean capaces de mejorar el pronóstico de nuestros enfermos", han explicado los investigadores.
Víctor Marcos -investigador del Grupo de Investigación Traslacional en Cardiopatía Isquémica de Incliva, coordinado por Vicent Bodí, y miembro de CIBERCV-, ha presentado recientemente los resultados de este estudio, realizado en colaboración con investigadores del Hospital Universitari Vall d'Hebron, del Hospital Clínic de Barcelona, del Grupo Ascires y de la Universitat Politècnica de València.
"El infarto de miocardio se produce por una falta de riego sanguíneo a una zona de miocardio, o músculo cardíaco, debido a una obstrucción en la circulación de las arterias que transportan esta sangre", ha explicado Víctor Marcos. "Debido a esta falta de aporte sanguíneo, el músculo cardíaco puede debilitarse e incluso formar una cicatriz, con lo cual la función de bomba del corazón se ve comprometida en muchos casos".
Tal y como ha expuesto José Gavara (investigador del mismo grupo especializado en resonancia magnética y primer firmante del estudio), "esta técnica nos permite obtener unas imágenes muy precisas y estudiar de forma muy fiable la función cardíaca, así como detectar la zona con cicatriz o necrosis".
La investigación se ha publicado en acceso abierto en el último número de la prestigiosa revista 'Journal of Magnetic Resonance Imaging', editada por la Sociedad Internacional para la Resonancia Magnética en Medicina.
Más allá de cinco años tras el estudio
La novedad del trabajo radica en que la realización de una resonancia magnética cardíaca en estos pacientes, en cualquier momento de su evolución, permite predecir el riesgo de eventos adversos en un tiempo de seguimiento tan largo como más allá de 5 años tras el estudio con resonancia magnética. Gavara ha realizado la cuantificación de las imágenes de resonancia magnética en colaboración con investigadores de la Universitat Politècnica de València (Center for Biomaterials and Tissue Engineering) y del Grupo Ascires.
"La función cardíaca es dinámica. En algunos pacientes se mantiene estable, pero en otros puede modificarse a lo largo del tiempo. Sabemos que los pacientes con disfunción sistólica, o debilidad en la función de bomba del corazón, tienen peor pronóstico. Lo que nosotros demostramos es que esto se puede determinar de forma precisa con la resonancia magnética cardíaca, y así conseguimos una muy buena estratificación del riesgo de nuestros pacientes en cualquier punto de su evolución tras un infarto", ha detallado Víctor Marcos.
Más de 1.000 pacientes
Los investigadores reclutaron a 1.013 pacientes de los tres hospitales que han colaborado en el proyecto. Todos ellos habían sido ingresados por un infarto agudo de miocardio y se sometieron a estudios secuenciales mediante resonancia magnética cardíaca a lo largo del seguimiento, a criterio del cardiólogo a cargo de los pacientes.
"La función cardíaca se categoriza actualmente en tres grupos: reducida (inferior a un 40%), en rango intermedio (entre un 40% y un 49%), y preservada (50% o más). Nuestro primer hallazgo relevante es que son los pacientes con función cardíaca reducida (inferior a un 40%), mediante resonancia magnética cardíaca, los que realmente tienen un peor pronóstico", han señalado los investigadores.
Otra conclusión fundamental del estudio es que los cambios en la función cardíaca, normalmente hacia la mejoría, son relativamente frecuentes tras el infarto agudo de miocardio, y que, por ello, muchos pacientes se pueden beneficiar de una resonancia magnética cardíaca para determinar en qué situación de riesgo se encuentran.
En línea con los datos previamente publicados por el mismo grupo, en todos los casos hay que partir de una prueba muy accesible, la ecocardiografía. Son los pacientes con una fracción de eyección (el principal parámetro que mide la función de bombeo del corazón) inferior al 50% mediante ecocardiografía los que se podrían beneficiar más del estudio con resonancia magnética cardiaca para predecir mejor su pronóstico. Se da, pues, un paso más hacia la medicina personalizada y la selección adecuada del uso de la resonancia magnética, así como la interpretación de sus resultados en pacientes con infarto de miocardio previo.
El estudio ha recibido el soporte del Instituto de Salud Carlos III y los Fondos Europeos de Desarrollo Regional Feder, la Sociedad Española de Cardiología la Agencia Estatal de y la Conselleria d'Educació, Investigació, Cultura i Esport de la Generalitat Valenciana.