El horario de verano llega a los colegios: Adiós a las clases por la tarde
Los centros educativos impartirán las lecciones de 9:00 a 13:00 horas a partir del 1 de junio
Tras un intenso curso escolar, los alumnos de infantil y primaria de la mayoría de colegios de la Comunitat Valenciana comienzan este 1 de junio su horario de verano. Este supone una reducción de la jornada escolar, pues se suprimen las clases de la tarde y los estudiantes solo asistirán al centro de 9:00 a 13:00 horas.
La mayoría de niños celebra con alegría esta nueva jornada, ya que les permite disfrutar de más tiempo de ocio y descansar. Los docentes también ven con buenos ojos este nuevo horario, puesto que como dice Mireia, graduada en magisterio, “las clases no se les hacen tan pesadas, son más productivos y se concentran mejor”. En la misma línea se mantiene Teresa, también profesora “pasan muchas horas en las aulas y necesitan desconectar de la materia tras tantos meses estudiando. Además, el centro dispone de actividades fuera de este horario como juegos musicales, patinaje o artes para los alumnos que no puedan ser recogidos al mediodía”.
No obstante, este nuevo calendario implica para muchas familias problemas de conciliación, ya que los pequeños salen antes de los centros educativos y en determinados casos se ven obligados a pagar actividades extraescolares o a dejarlos a cargo del cuidado de los abuelos.
Así pues, Sandra, madre de 2 hijos de 7 y 9 años, explica “ellos disfrutan más con este horario, pero a nosotros nos supone un problema porque acabamos de trabajar a las seis de la tarde y durante ese tiempo tenemos que buscarnos la vida para que alguien los cuide, ya sea pagando actividades extraescolares o dejándoselos a nuestros padres”. Víctor, padre de un hijo de 6 años, piensa que “se deberían dar opciones gratuitas para mejorar la conciliación, en mi caso tengo suerte porque los dejo en el comedor y los recojo a las 3 cuando salgo. Aun así, no todos tienen la misma suerte”.
En definitiva, el horario de verano se recibe cada año con los brazos abiertos por los estudiantes, aunque en muchos casos los progenitores demandan ayudas para facilitar la conciliación familiar.