Liduvina Gil pide la dimisión de Marta Cháfer por la mala gestión de las escoletes d’estiu

La concejala del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Gandia, Liduvina Gil, ha pedido hoy la dimisión de la responsable de Educación, Marta Cháfer, por la mala gestión que se está llevando a cabo alrededor del funcionamiento de las escoletes, y que ha provocado que este año, más de 100 familias de Gandia no puedan dejar a sus hijos en los centros durante los meses de verano.

Gil ha comparado la gestión de las escoletes con la que Torró ha hecho con los chiringuitos de la playa: “en ambos casos se ha preocupado más por deshacer lo que había hecho bien el anterior gobierno que en garantizar servicios y el bienestar de los ciudadanos”, abocando a los padres, según ha dicho, a tener que buscar una solución a la desesperada ante la decisión de no dar el servicio de escoleta de verano en el mes de julio.

La concejala socialista considera que esta gestión ha demostrado que “Torró está más preocupado por cómo esconder a quién le da la gestión de las escoletes para hacer negocios que en seguir el procedimiento lógico que hubiera garantizado el servicio este verano”. Además, la situación va más allá, dado que en estas fechas los socialistas todavía denuncian la falta de información respecto a cómo se gestionarán las escoletes el próximo curso.

En este sentido, Gil ha dicho que espera recibir información en la Comisión Informativa de Educación que, a petición de los socialistas, se celebrará hoy. Gil ha criticado una “absoluta falta de planificación del gobierno de Torró” y que se hayan despedido a las educadoras “sin ningún motivo y desoyendo lo que piden los padres”. De hecho, Gil ha comentado que los padres ya han recogido más de 700 firmas para reclamar el servicio de escoletes de verano y la continuidad de las educadoras.

Por último, Gil ha denunciado que el “sumum” de la mala gestión y la falta de respecto del gobierno del PP se demuestra en el hecho de haber prohibido a los padres y a las educadoras celebrar la habitual fiesta de fin de curso en una de las escoletes de Gandia. El problema, según ha dicho Gil, es que la fiesta estaba prevista para el día en que las educadoras finalizan su trabajo por la rescisión del contrato de las mismas.