Gandia conmemora este domingo al beato Andrés Hibernón con la celebración de misas en la iglesia de San Roque y procesión claustral
Suspende la tradicional procesión con la imagen del beato por las calles, debido a la pandemia
La localidad valenciana de Gandia conmemorará mañana, domingo, la fiesta del beato franciscano Andrés Hibernón con la celebración de tres eucaristías en la iglesia de San Roque- conocida popularmente como El beato- y una procesión claustral al suspenderse este año por la pandemia el recorrido con la imagen del beato por las calles de la población.
De esta manera, la celebración de las misas tendrá lugar a las 08:30 horas; a las 11:30 horas, oficiada por el Vicario General del Arzobispado de Valencia, Vicente Fontestad; y a las 20 horas, con procesión claustral, “en sustitución de la tradicional procesión por las calles”, según informan desde la organización.
En el recorrido por el interior de la iglesia, tras la celebración de la misa de las 20 horas, será llevada la imagen yacente del beato que se venera durante todo el año en el Altar del Beato, en el mismo templo, y que ahora preside el Altar Mayor con motivo de su fiesta, organizada por la Asociación Beato Andrés Hibernón de Gandia .
Igualmente, dentro de los actos en honor del beato Andrés Hibernón, se ha celebrado una novena.
El beato Andrés Hibernón, al que guardan una “gran devoción en Gandia”, nació en Murcia en 1534, a los 29 años ingresó en el convento de los franciscanos de Albacete y vivió en distintas etapas de su vida en localidades valencianas, donde tuvo relación con San Juan de Ribera, San Luis Bertrán y San Pascual Bailón. El religioso promovió en toda la comarca de Gandía una renovación desde la contemplación mística y la caridad popular, por lo que es venerado como el beatet.
Asimismo, imitó con semejanza asombrosa a San Francisco de Asís y no perdió nunca la ocasión para atraer a los seglares al buen camino, especialmente a los moriscos, convirtiendo a la fe cristiana a muchos de ellos.
Pasó los últimos años de su vida en Gandía, donde murió el 18 de abril de 1602, a los 68 años de edad. La fama de sus virtudes y milagros se extendió rápidamente de tal manera que en 1623 estaba ya terminado el proceso ordinario para su beatificación. Fue beatificado por el Papa Pío VI el 22 de mayo de 1791.