“Aunque sea un momento fatídico, es maravilloso estar en primera línea del COVID-19 porque nos permite salvar vidas a diario”
El testimonio de Sheila y Celia, médicos de atención primaria y urgencias en el hospital de Gandia, relata la dureza con la que viven el empeoramiento de la pandemia
Sheila Sarrió y Celia Ríos son dos médicos del Hospital Francesc de Borja de Gandia. Son jóvenes, les une una gran amistad y, sobre todo, mantienen un espírito realmente importante en el peor momento de la pandemia del Coronavirus.
Tanto Sheila como Celia acceden a contar en exclusiva a elperiodic.com su experiencia en primera persona, un cúmulo de vivencias que no van a poder olvidar nunca pero de las que también extraen la parte más positiva.
Aunque parezca difícil e incluso imposible encontrar algo bueno en todo este embrollo del COVID-19, las dos médicos lo consiguen.
“El momento es fatídico, vemos personas morirse cada día, los nuevos contagiados por el virus llegan al hospital en cantidades que jamás hubiéramos pensado, pero con lo que nosotras nos quedamos es con la alegría y la verdadera satisfacción de encontrarnos en la primera línea de batalla de la pandemia para poder salvar vidas día tras día, que es lo que hacemos y lo que más nos llena tanto en nuestra faceta como sanitarias como en la más personal”, explican las dos profesionales.
Con una sonrisa esbozada y que se deja ver debajo de las dos mascarillas que le cubren la boca y la nariz a las dos, Sheila y Celia también muestran la cara oculta: “La pandemia nos ha pillado a todos, está siendo un poco caótico desde la organización, la gerencia, las coordinadoras, todos; es algo nuevo para lo que no estábamos preparados y poco a poco nos estamos intentando adaptar, aunque cada día surgen cosas nuevas, pero nosotras aquí seguimos luchando e intentando sacar lo mejor porque está siendo duro y difícil”.
Triplicando turnos
“No estamos trabajando como si las condiciones fueran normales, esta forma es muy distinta y no nos la esperábamos, pero día tras día y semana tras semana nos vamos organizando un trabajo muy complejo”, explican las sanitarias.
Tanto Sheila como Celia mantienen su espíritu de lucha para salvar vidas, por lo que “las dos estamos duplicando y hasta triplicando turnos para ayudar, algo que nos coloca siempre en la primera línea frente al COVID-19”.
“Nos encanta ayudar a la gente, estamos aquí por vocación, ser médico es totalmente vocacional y por eso nosotras aguantamos y resistimos a pesar del agotamiento y de los turnos duros; nos sentimos muy satisfechas y nos llena muchísimo poder ayudar a la gente en esos momentos en los que se fatigan por el virus o están en uno de los puntos más críticos", detallan desde su consulta.
Concienciación
“Tanto en la consulta como en urgencias nos encontramos a mucha gente que es muy reacia al tema de la mascarilla y creemos que es por falta de información o por alguna que no es del todo correcta, pero este trabajo de educar a la población y a nuestros pacientes también es algo que hacemos para intentar transmitirles de una forma empática y cercana lo que dice la evidencia científica y qué es lo que más les conviene”, detallan.
Las dos médicos afirman que “hemos detectado un gran cambio en lo que nos decía la gente en septiembre y lo que nos dicen ahora, las personas están mucho más concienciadas y se dan cuenta del momento de la pandemia en el que estamos”.
La conclusión es clara, directa y, sobre todo, de orgullo: “Para muchos habrá sido un año fatídico, pero para nosotras es un regalo por poder luchar y tener mano en una situación que nos ha cambiado la vida a todos. Trabajamos a tope, sacamos energías y horas de donde no las hay para seguir ayudando con nuestro trabajo, no tenemos palabras para describir las espectaculares sensaciones que nos da ayudar a la gente a salvar la vida”.