El 2 de febrero, festividad de la Candelaria, nuestro día de la marmota, marca cómo será lo que queda de invierno
El refranero valenciano también recoge parte de la sabiduría popular relacionada con esta fecha de profunda importancia para el ámbito agrícola
“Si la Candelaria plora (si plou), el fred és fora; si la candelària riu (si fa sol), el fred és viu; i si ni riu, ni plora (nuvolat), ni dins, ni fora.”
Este es el refrán valenciano más conocido y que ha pasado de generación en generación cada 2 de febrero, día de la Virgen de la Candelaria en la que los cristianos celebran la Presentación de Jesús en el Templo.
La Candelaria es, pues, nuestro día de la marmota, una celebración muy americana, que no es más que un método folclórico usado por los granjeros de Estados Unidos y Canadá para predecir el fin del invierno, basado en el comportamiento biológico de la marmota cuando sale de hibernar el 2 de febrero.
La festividad de la Candelaria, que marca la mitad del invierno, tiene una profunda importancia en el ámbito agrícola al simbolizar la transición hacia días más largos y luminosos.
Este cambio en el ambiente, representado por velas y candelas como símbolos de la victoria de la luz sobre las tinieblas, históricamente señalaba el retorno a las labores del campo tras el periodo de pausa impuesto por la falta de luz y las condiciones invernales.
La necesidad de planificar las tareas agrícolas durante la segunda mitad del invierno llevó, de la mano de la meteorología popular, a la tradición de prever el comportamiento atmosférico a largo plazo a partir de las condiciones observadas el 2 de febrero.
De este antiguo rito surgieron dichos y refranes relacionados con la Candelaria. Observando las condiciones meteorológicas dominantes el 2 de febrero de 2024, con cielos despejados y ausencia de lluvias, no podemos concluir que el invierno haya llegado a su fin.