Emili Villaescusa (CONCOVAL): “La nueva normalidad debería traer una verdadera transformación del modelo económico”
Analizamos el presente y futuro de las cooperativas valencianas en esta entrevista con el presidente de CONCOVAL, Emili Villaescusa
La Comunitat Valenciana alberga un gran espíritu cooperativo. El número de empresas que optan por este modelo crece a un ritmo constante y toman fuerza en la economía valenciana. Ahora, en pleno proceso de desescalada y reconstrucción, desde la Confederación de Cooperativas de la Comunitat Valenciana se reivindican como una voz clave a tener en cuenta.
Desde elperiodic.com hablamos sobre cómo están viviendo esta situación inédita las cooperativas en una entrevista con su presidente, Emili Villaescusa, quien se muestra optimista sobre su futuro.
Puedes leer la entrevista al completo, a continuación
Pregunta: La primera pregunta es prácticamente obligatoria. Ahora que los escenarios comienzan a estabilizarse y se pueden ver con más perspectiva ¿Cómo ha afectado el COVID-19 a la realidad de las cooperativas valencianas?
Respuesta: Esta pandemia ha cambiado muchas cosas, empezando porque las cooperativas han sido una parte importante en la lucha contra la COVID-19 en la Comunitat. De hecho, muchas de nuestras empresas trabajan en sectores que han sido esenciales durante el estado de alarma: agroalimentación, distribución comercial, servicios sociales, transporte, limpieza...
Las cooperativas han hecho un gran trabajo, con un enorme esfuerzo de adaptación a la realidad que hemos vivido, y en muchos casos con un importante nivel de exposición a la enfermedad, siempre con el objetivo de facilitar el confinamiento a la mayoría de la población.
Han demostrado con creces su compromiso con el territorio y con la sociedad valenciana. Hay muchos ejemplos: se han mantenido los supermercados abiertos y con gratificaciones para el personal más expuesto; el campo y los almacenes no han parado la producción de frutas y verduras para mantener el abastecimiento; la maquinaria agrícola se ha puesto a disposición de los ayuntamientos para la desinfección de calles; las máquinas de coser se han reinventado para fabricar mascarillas; los camioneros, siempre a punto para abastecer a familias y empresas; se han dado créditos blandos y anticipado prestaciones sociales; no ha cesado la atención a mayores y personas dependientes, en condiciones que nos podemos imaginar; los profesionales de la limpieza han trabajado en una especial desinfección de supermercados, hospitales y centros de trabajo; se ha seguido suministrando a las farmacias; la educación ha tenido que adaptarse al ámbito virtual a distancia; y también se han fabricado arcas fúnebres en empresas cooperativas, con dobles turnos de trabajo para cumplir con la demanda.
En definitiva, en estos tiempos del #QuédateEnCasa las cooperativas no han dejado de sorprender.
P: Muchas veces se dice que las cooperativas son más resistentes a los efectos de las crisis ¿ha sido así en esta ocasión?
Todavía es pronto para hacer pronósticos, porque la crisis económica derivada de la pandemia no ha hecho más que empezar. Sin embargo, los datos que ha facilitado Labora sobre los ERTE tramitados durante el estado de alarma muestran un menor impacto de la pandemia sobre el empleo cooperativo del que ha tenido en otras fórmulas jurídicas. Probablemente, porque -como decíamos antes- muchas cooperativas actúan en sectores maduros y esenciales cuyo carácter estratégico se verá reforzado en los próximos meses.
Pero la historia y las cifras nos avalan: el cooperativismo no es una moda. Por eso, esperamos que, igual que en crisis anteriores, también de esta el cooperativismo salga a la larga reforzado. Si miramos atrás, en los periodos más duros de la anterior crisis, del 2009 al 2013, los datos de la EPA y del Ministerio de Trabajo y Economía Social revelaron que, mientras en el conjunto del sector privado el empleo cayó un 18,5% en las cooperativas lo hizo un 8%, diez puntos menos. Esto quiere decir que, si todas las empresas de España hubieran sido cooperativas, se hubieran salvado un millón de puestos de trabajo.
P: Los obstáculos, hayan afectado en mayor o menor medida, han estado ahí ¿Considera que se han tomado suficientes medidas –a nivel nacional y autonómico– para salvaguardar el futuro de las cooperativas?
R: El estado de alarma, en el que todavía estamos, responde a una situación de emergencia, en la que el poder normativo se concentra fundamentalmente en la Administración central. Es un tiempo para arrimar el hombro y hacer causa común frente a la prioridad de salvaguardar la salud de las personas. Las medidas adoptadas, como es normal, han sido sobre todo sanitarias. Y la economía se ha resentido, también las cooperativas, claro que sí.
Pero se han adoptado medidas correctoras y compensatorias, que han venido bien aunque no son suficientes. Ahora se abre un nuevo período, ya con un mayor protagonismo de los gobiernos autonómicos, en el que habrán de completarse esas medidas y desarrollarse los programas de reconstrucción. La sensación que tenemos es que se nos está escuchando, por lo que somos razonablemente optimistas respecto al futuro y confiamos en que se adoptarán las medidas que estamos proponiendo.
P: Mirando hacía la nueva normalidad, ¿cómo está siendo esa adaptación?
R: Como para todo el mundo: complicada. Pero nos adaptamos y hacemos todo lo que hay que hacer: trabajamos con las medidas higiénico-sanitarias que convenga, mantenemos la distancia interpersonal, fomentamos el teletrabajo....
Sin embargo, más allá de una sociedad con mascarilla, la “nueva normalidad” debería traer una verdadera transformación del modelo económico que nos ha llevado hasta aquí. Si seguimos haciendo las cosas de la misma manera, obtendremos los mismos resultados. Esta crisis es una oportunidad para repensar algunas cosas y cambiar un modelo de desarrollo que está agotado en muchos aspectos.
Es el momento de apostar de verdad por el desarrollo sostenible: la Agenda 2030 tiene que ser nuestro libro de cabecera, hemos de tener siempre presentes los ODS; es el momento de Europa, del New Green Deal y de los retos globales ante los cuales hay que elevar la mirada y la acción; y es el momento de la cooperación: público-privada, público-público, privada-privada. Toda unión nos hará más fuertes, más competentes y más eficaces. Justo lo que necesitamos.
P: En su comparecencia en Les Corts reclamó medidas para facilitar el tránsito a la nueva normalidad ¿Cuáles serían necesarias?
Lo hicimos primero en Les Corts y luego en una reunión con el President de la Generalitat: hemos presentado una propuesta que comprende más de cien medidas para ayudar a las cooperativas a recuperarse del impacto de la crisis. Precisamente ahora estamos trabajando en el segundo plan Fent Cooperatives, que es la guía que dirige las políticas públicas de la Generalitat en materia de cooperativismo para los ejercicios 2020 y 2021. Será un plan ambicioso, con muchas medidas que obviamente estarán orientadas a paliar los efectos de la COVID-19. Entre otras cosas, buscamos impulsar la reconversión productiva del tejido empresarial, la innovación tecnológica y social, la adaptación digital, la transformación medioambiental, la incorporación de la RSE y los ODS, el desarrollo del capital humano y la intercooperación.
No obstante, en el terreno de las urgencias, esperamos ver en breve publicado un decreto-ley de la Generalitat con medidas excepcionales que faciliten el funcionamiento ordinario de las cooperativas en los próximos meses, en los que no habrá alarma pero sí pandemia. También hemos pedido la puesta en marcha de medidas financieras para incrementar la liquidez de las cooperativas, con un programa de colaboración entre el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) y las cooperativas de crédito; la revisión de las condiciones para acceder a las ayudas del programa de apoyo a la economía social, así como de sus criterios de baremación y régimen de compatibilidad; la convocatoria de una línea especial de ayudas para ayudar a la adaptación de espacios y métodos de trabajo; y algunas medidas fiscales, entre las que destaca una deducción en el tramo autonómico del IRPF por aportación de capital a cooperativas.
En otro orden de cosas, hemos reclamado medidas para asegurar la rentabilidad de la actividad agraria, imprescindible para lograr el necesario relevo generacional en el campo; el mantenimiento de la red de centros cooperativos de educación infantil, que tienen ante sí un panorama ciertamente preocupante; el fomento de la vivienda social y sostenible, que llamamos coophousing; el impulso del cooperativismo de servicios empresariales y profesionales, como fórmula para mejorar la capacidad competitiva de autónomos y emprendedores; la promoción del cooperativismo de despachos y locales para favorecer el coworking cooperativo; el impulso de las cooperativas de plataforma como fórmula idónea para promover el emprendimiento digital; la incorporación de las cooperativas, especialmente las agroalimentarias, como agentes prioritarios en las estrategias antidespoblamiento y para la recuperación del medio rural; y la actualización del Registro de Cooperativas.
P: En esa misma comparecencia reclamaba un papel más protagonista de las cooperativas en la reconstrucción económica de la Comunitat ¿Qué pueden aportar en ese proceso de reconstrucción?
R: Lo dijimos a los miembros de la comisión parlamentaria y lo dijimos a Ximo Puig: las cooperativas seremos parte de la reconstrucción, porque es nuestra responsabilidad y nuestro compromiso con la Comunitat Valenciana, que tiene más de la mitad de su población cooperativista.
Las cooperativas son un pilar importante en la economía de la Comunitat y por eso tenemos que ser parte de la reconstrucción económica en el escenario pospandemia. Somos el socio idóneo para llevar a cabo políticas de recuperación mediante el impulso de la colaboración público-privada, porque el cooperativismo es la forma más genuina de integrar los intereses económicos y sociales en estos momentos, algo absolutamente imprescindible cuando hablamos de alianzas en las que participan las Administraciones Públicas.
Hay que entender bien lo que supone el cooperativismo en la Comunitat. Hay unas 2.500 empresas en activo, que proporcionan empleo estable y de calidad: un 85% de los puestos de trabajo son indefinidos y a jornada completa; alrededor del 50% están ocupados por mujeres y el por 40% jóvenes. Dos de las cinco mayores empresas valencianas son cooperativas. Valencia es la provincia de España con más personas trabajando en cooperativas. Las ventas cooperativas ascienden a 7.000 millones de euros y representan el 6’5% del PIB autonómico. Además, somos un referente para el conjunto de España: estamos en condiciones de hablar de “tú a tú” a cualquier movimiento cooperativo regional en España y en Europa. Hay un estudio reciente que revela que la Comunitat Valenciana destaca muy significativamente dentro del conjunto del Estado como la comunidad autónoma en la cual mayor peso específico tiene el cooperativismo dentro del conjunto de la economía.
De modo que no sería inteligente dejar a las cooperativas fuera de las estrategias de recuperación: el potencial de las cooperativas para la reconstrucción es innegable. Y nuestra voluntad, como siempre, es sumar. Esperamos que el Consell entienda que impulsar el cooperativismo es una carrera de fondo y que invertir en cooperativismo es invertir en futuro, porque asegura equidad económica y justicia social.
P: ¿Considera que esa nueva normalidad va a favorecer la consolidación y creación de este tipo de empresas?
R: Como en todos los sectores, nos enfrentamos a una etapa de ajustes, de cambios y de adaptación. Pero -como hemos dicho anteriormente- la historia confirma la mayor resiliencia del cooperativismo. Las cooperativas nacen allí donde hay una necesidad social, por eso es frecuente que se desarrollen en entornos hostiles y de crisis. Por tanto, sí: es posible que el cooperativismo se convierta en una herramienta de recuperación para empresas en crisis y en un refugio para personas desempleadas. De hecho, estamos trabajando en el desarrollo de algunas propuestas que apuntarían en esa dirección.
P: Con todo ello, ¿cuáles son los retos del cooperativismo valenciano para lo que resta de año?
R: Aparte de retroceder lo menos posible, que no es poco, queremos que se apruebe el segundo plan bienal de impulso y fomento del cooperativismo, que se entre en Les Corts el proyecto de modificación de la Ley de Cooperativas de la Comunitat Valenciana y que se pongan en marcha las medidas que hemos citado anteriormente.
Pero, sobre todo, aspiramos a dar un salto de protagonismo en la agenda política: como Concoval, nuestro principal desafío es incrementar nuestra cuota de participación institucional. Porque si no estamos en el diálogo social, nuestras empresas se resienten.