La UMH reúne en Elche a 50 expertos en genética molecular de las plantas
El Instituto de Bioingeniería (IB) de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche celebrará del 20 al 22 de febrero la reunión final del consorcio “Potencial biotecnológico de los factores de transcripción de las plantas (TRANSPLANTA)”, a la que asistirán 50 investigadores, en su mayoría españoles. La reunión está organizada por los catedráticos de Genética José Luis Micol y María Rosa Ponce, de la Unidad de Genética del IB, que junto a la investigadora Sara Jover Gil representan a la UMH en el consorcio.
El consorcio TRANSPLANTA obtuvo para un periodo de cinco años y medio una financiación de 6.200.000 euros, en el marco del programa Consolider-Ingenio 2010 del Ministerio de Economía y Competitividad. Este consorcio está integrado por veinte grupos de investigación, que pertenecen a las universidades de Málaga, Castilla-La Mancha (Toledo), Valencia, Salamanca, Politécnica de Madrid y Miguel Hernández, al Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria y a centros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ubicados en Madrid (Centro Nacional de Biotecnología, Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y Centro de Investigaciones Biológicas), Barcelona (Centro de Investigación en Agrigenómica), Valencia (Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas) y Sevilla (Instituto de Bioquímica Vegetal y Fotosíntesis e Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología). TRANSPLANTA está coordinado por el profesor de investigación del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología Javier Paz-Ares.
Los factores de transcripción son proteínas que deciden cuándo y dónde actúan los genes. De los factores de transcripción dependen numerosos caracteres de interés económico de las plantas. Al utilizar a gran escala los métodos y las herramientas de la genómica, TRANSPLANTA ha identificado factores de transcripción que controlan, entre otros procesos importantes, el crecimiento de las plantas y sus respuestas al estrés causado por organismos patógenos o condiciones ambientales adversas. Los resultados obtenidos en el proyecto sientan las bases para conseguir plantas más productivas, más resistentes a plagas y enfermedades, así como más tolerantes a la sequía, el frío y la salinidad. Estas plantas mejoradas contribuirían a una agricultura sostenible, al necesitar un menor aporte de insumos como los plaguicidas, bactericidas y fertilizantes, y agua. La mayor parte del trabajo experimental se ha llevado a cabo en la planta modelo Arabidopsis thaliana, en la que se han identificado factores de transcripción cuyo potencial biotecnológico está siendo evaluado en especies cultivadas como el tomate.