Una década del Programa de actuación ante temperaturas extremas de Sanitat
La directora general de Salud Pública, Lourdes Monge, ha inaugurado hoy una jornada sobre Salud y Calor en el Centro de Salud Pública de Elche
El programa de actuación ante temperaturas extremas se activó el 11 de junio y permanecerá activo hasta el 30 de septiembre
Como recomendación general se establece ingerir agua y alimentos líquidos, así como evitar comidas copiosas y consumir frutas y verduras
La directora general de Salud Pública, Lourdes Monge, ha inaugurado hoy en el Centro de Salud Pública de Elche la Jornada Salud y Calor, dirigida tanto a profesionales sanitarios como a representantes de Ayuntamientos, Residencias de Tercera Edad y de Cruz Roja. Al acto, han asistido también la alcaldesa de Elche, Mercedes Alonso, el gerente del departamento de salud de Elche-Hospital General, Antonio Muñoz, y el director del Centro de Salud Pública de Elche, Eduardo Alonso.
Monge ha recordado que, como cada año desde 2004, la conselleria de Sanitat ha puesto en marcha el 'Programa de Prevención y Atención a los Problemas de Salud Derivados de las Temperaturas Extremas en la Comunitat- Ola de calor", con el objetivo de prevenir y minimizar los impactos en la salud de la población derivados de las altas temperaturas. Y ha destacado la importancia de que los grupos de riesgo sigan los consejos sanitarios en este ámbito, sobre todo, las personas mayores, pacientes crónicos, menores, personas con movilidad reducida o con obesidad, así como personas que realizan trabajos o esfuerzos físicos soportando altas temperaturas.
En concreto, en la jornada se han abordado las recomendaciones desde el punto de vista de la nutrición, la hidratación y los medicamentos ante las altas temperaturas. De este modo, por ejemplo, es preciso sugerir que las personas mayores aumenten su ingesta de líquidos, dado que son más vulnerables a la deshidratación, como resultado de una menor sensación de sed, menor eficacia de su función renal y los fármacos, que incrementan la pérdida de agua.
La ingesta de agua y alimentos líquidos se establece como recomendación general, así como aumentar el consumo de frutas y verduras y evitar las comidas copiosas. También es preferible aumentar el número de tomas a 5 o 6 diarias, disminuyendo su volumen; evitar o reducir alimentos muy condimentados y fritos, siendo preferible hervidos, asados, a la plancha o al vapor.
Asimismo, es importante conocer los signos de una deshidratación, como la boca reseca, piel pálida, agrisada o moteada, mucosas secas y ojos hundidos, diuresis escasa y muy concentrada, presión arterial baja y frecuencia cardíaca rápida. Signos como confusión, mareo, letargo o vértigo son indicativos de una deshidratación severa y ante estos síntomas se debe actuar con carácter de urgencia.
En cuanto a la medicación, no está justificada sistemáticamente la suspensión o disminución, será el médico el que realice cualquier cambio, pero será necesaria una evaluación del estado de hidratación de las personas con riesgo y valorar la necesidad de determinados medicamentos como diuréticos, paracetamol, medicamentos que alteran la función renal, medicamentos que impiden la termorregulación central, medicamentos que pueden producir hipertermia, hipotensores y medicamentos que actúan sobre la vigilia. Por último, deberá tenerse especial cuidado con su las temperaturas recomendadas para su conservación y transporte.
¿Cómo detectar un golpe de calor?
El golpe de calor es un cuadro médico grave que se produce cuando el cuerpo no es capaz de regular su propia temperatura. Los efectos que puede provocar son deshidratación, insolación, cefalea, fatiga, calambres musculares, náuseas, taquicardia, ahogo y pérdida de consciencia, coma e, incluso, la muerte.
Las dos formas habituales de presentación son la relacionada con el ejercicio en ambientes calurosos (que afecta fundamentalmente a individuos jóvenes sanos) y la forma clásica (que afecta a ancianos o individuos con enfermedades debilitantes) durante intensas olas de calor.