La cadena de información para encontrar carroña entre especies del Neotrópico empieza por el olfato de los buitres
Los investigadores del Área de Ecología de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche Lara Naves Alegre y José Antonio Sánchez Zapata han liderado un estudio que describe cómo se produce la transmisión de información entre distintas especies de aves carroñeras de la ecorregión del Cerrado (Brasil), uno de los puntos de mayor biodiversidad del planeta. Los buitres locales, con un olfato más desarrollado que las especies de Europa y Asia, son los primeros en llegar a la carroña y señalizar el alimento para otros animales. Esta conclusión contrasta con la cadena de información que se produce en el viejo continente, donde los buitres localizan el alimento de forma visual.
Este trabajo, publicado en la revista Proceedings of the Royal Society: B, evidencia la importancia de conocer las interacciones beneficiosas, denominadas facilitación, que se dan entre especies que utilizan distintos sentidos en sus habilidades de búsqueda a la hora de encontrar carroña, un recurso efímero e imprevisible. La información social que se transmite entre las especies que habitan el mismo ecosistema no solo tiene efectos a nivel de cada individuo, sino también en la estructura de la propia comunidad.
Los resultados del estudio mostraron que el uso del olfato y de la visión para encontrar las carroñas en el campo permiten que se den procesos de facilitación entre especies que pertenecen a la misma comunidad. Por ejemplo, se detectó que los buitres que cuentan con un desarrollado sentido del olfato, como el buitre pavo o americano cabecirrojo (Cathartes aura), eran generalmente los primeros en localizar las carroñas y que servían de señal visual al resto de aves con el olfato menos desarrollado, lo que les facilitaba encontrar también la carroña, incluso cuando se trataba de ejemplares de pequeño tamaño.
Se trata de resultados que contrastan con el procedimiento que siguen habitualmente las comunidades carroñeras de Eurasia y África, lugares en los que los que buitres solo se valen de la vista para encontrar alimento porque únicamente los mamíferos tienen un desarrollado sentido del olfato. Además, los investigadores del Área de Ecología de la UMH detectaron otro comportamiento curioso: ni los mamíferos ni los reptiles se vieron influenciados por la presencia previa de otras especies en la carroña, algo que sí ocurre en otros sistemas donde, por ejemplo, los carnívoros siguen a los buitres.
Para estudiar estos procesos, los investigadores de la UMH realizaron una expedición a la región del Cerrado en noviembre de 2018. Este lugar se considera la mayor extensión de sabana de Sudamérica y uno de los puntos con mayor biodiversidad del planeta. Es un ecosistema que presenta una alta cobertura vegetal, por lo que un sentido del olfato desarrollado puede suponer una ventaja fundamental para localizar alimento.
El Cerrado alberga cuatro especies de buitres: el zopilote rey, el jote de cabeza roja, el jote de cabeza amarilla y el jote negro. Todos ellos carroñeros obligados, es decir, que únicamente se alimentan de animales ya muertos. En esta región pudieron monitorizar más de 50 carroñas (cabra y pollo) de distinto tamaño mediante la colocación de cámaras trampa que se activan automáticamente con el movimiento. De esta manera, registraron 15 especies de carroñeros facultativos, es decir, que también se alimentan de presas vivas, además de las cuatro especies de buitres.
En el estudio, además de los investigadores de la UMH, también han participado investigadores de la Universidad de Alicante (UA), el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC), la Universidad de Jyväskylä (Finlandia) y de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología.