Más de 15.000 apoyos para la reversión a la gestión pública del Hospital del Vinalopó y sus centros de salud
El día antes de la finalización del plazo para comunicar la reversión o la prórroga no ha dado a conocer ningún informe que avale alargar el contrato a Ribera Salud
La Plataforma por la reversión del Vinalopó ha entregado hoy a la Conselleria de Sanidad y al Síndic de Greuges, ayer, las firmas de la ciudadanía que exigen la reversión a la gestión pública del Departamento de Salud Elx/Crevillent, el único que queda en manos privadas de una empresa, Ribera Salud.
A solo un día de comunicar la Generalitat Valenciana el inicio de los trámites para la reversión, que por contrato ha de ser justo un año antes del fin de la concesión y que acaba el 31 de mayo de 2025, la Conselleria de Sanidad no ha hecho públicos los datos, informes o auditoría, que avalen la decisión que hasta ahora han manifestado desde el Gobierno Valenciano de prorrogar cinco años más el contrato a Ribera Salud.
La plataforma ha agradecido el apoyo a toda la ciudadanía que ha firmado por la gestión pública de la sanidad, así como a los equipos de personas que han hecho el gran trabajo de conseguir una cifra récord de apoyos. En concreto, se han conseguido 15.115 apoyos (13.163 firmas presenciales y 1.952 online) de la ciudadanía que está cansada de contar con los peores ratios de médico por paciente, con falta de personal en especialidades, con citas en Atención Primaria que se demoran más de un mes y con la opacidad de la empresa gestora que tiene a los profesionales de la salud en unas condiciones muy por debajo de la media de la red pública valenciana de salud.
La ciudadanía organizada ha recordado sus dudas sobre la viabilidad jurídica de una posible prórroga del contrato, con una inversión ya amortizada después de quince años de gestión del departamento, una futurible prórroga que no se ha dado en ninguno de los departamentos de salud que estaban privatizados y que ya han pasado a la gestión pública.
Se han preguntado por qué son los únicos que se quedan en estas condiciones de desigualdad frente al resto de valencianos y valencianas y han asegurado que no quieren ser pacientes de segunda, no quieren ser una isla con un sistema de salud diferente, con un sistema informático incompatible con la red pública valenciana de información y quieren que se deje de hacer negocio con su salud.