La unidad de cuidados paliativos del Hospital de Elda inicia un programa de seguimiento del duelo para evitar su cronificación
Se estima que alrededor del 10% de las personas en duelo presentan duelo complicado o patología del duelo
Los profesionales de enfermería de la Unidad de Cuidados Paliativos contactan con los familiares de los pacientes fallecidos, ofreciéndoles apoyo emocional y remitiéndolos a Salud Mental en los casos necesarios
El programa contempla también la formación de los profesionales sanitarios en la identificación de los tipo de duelo y sus fases
La Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital General Universitario de Elda va a iniciar un programa de seguimiento del duelo que permite continuar la asistencia a los familiares de los pacientes fallecidos, con el objetivo de evitar la cronificación del duelo mediante apoyo emocional y detectar aquellos casos en los que se desencadena un duelo complicado para derivarlo a los especialistas correspondientes de las Unidades de Salud Mental.
Según explica Baltasar López, enfermero de la Unidad de Cuidados Paliativos de Elda y promotor del proyecto, “el duelo es normal tras un fallecimiento y de hecho la mayoría de las personas son capaces de adaptarse a la pérdida. No obstante, se estima que alrededor del 10% de las personas en duelo presentan complicaciones, desarrollando patología del duelo. Esto conlleva bajas laborales, problemas psíquicos, aumento del consumo de medicación y una hiperfrecuentación en Atención Primaria. Pero además, cuando estas personas van al médico de familia hablan de los síntomas que emergen, nunca de sus pérdidas como motivo de estos, de modo que existen altas dificultades en la detección y tratamiento de este tipo de patología”.
En este contexto, la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital de Elda ha puesto en marcha un protocolo de actuación que comienza antes del fallecimiento, previniendo en la medida de lo posible la aparición del duelo complicado, a través de la identificación de necesidades, dificultades y temores, y la detección de las personas con riesgo de realizar un duelo complicado, y continúa tras el fallecimiento del paciente, con la atención a las familias por parte de los profesionales de enfermería que ya habían atendido al usuario, lo que favorece el conocimiento del caso y la confianza, ya existente entre la familia y el enfermero. Durante todo este proceso los profesionales de enfermería tratan de detectar aquellos casos de alto riesgo para remitirlos a Salud Mental, ya sea antes o después del fallecimiento. Asimismo, se realiza un registro en la historia del paciente con riesgo de presentar dificultades en el proceso del duelo para facilitar la identificación de la patología por parte de otros sanitarios.
Las intervenciones que contempla el protocolo antes del fallecimiento son el control de los síntomas, la información a las familias sobre el diagnóstico, pronóstico, evolución, y sobre las actividades que pueden realizar en el cuidado del enfermo, implicar al mayor número posible de familiares, estimular comunicación entre el paciente y su familia, preparar a la familia para la fase de agonía, ayudándoles a encontrar el lugar y la forma para llevar el proceso de forma confortable y segura.
Asimismo, tras el fallecimiento el primer contacto se produce entre la primera y la segunda semana posteriores a este, cuando se envía a la familia una carta de condolencias en la que se subrayan las acciones positivas que han llevado a cabo en el ámbito de los cuidados. Y a partir de la cuarta semana se realiza un seguimiento en el que a través de entrevistas el enfermero va a valorar la evolución de los familiares, promoviendo la derivación a los especialistas en aquellos casos en los que no se produzca una mejoría progresiva y exista sospecha de duelo patológico. Se trata fundamentalmente de una labor de apoyo emocional que además va a permitir la detección de los casos de riesgo. En este sentido, Baltasar López señala que “es muy importante reconocer lo que ha hecho la familia y agradecerles a los cuidadores la labor llevada a cabo”.
En concreto, las acciones que se llevan a cabo después del fallecimiento se basan, según indica Baltasar López, en “aclarar dudas respecto a la muerte, hablar sobre las circunstancias en que se produjo la misma, explorar si existe sentimiento de culpa, valorar los cuidados ofrecidos, reorientar falsas creencias, aconsejar para que no se tomen decisiones precipitadas, informar sobre la evolución del duelo y ofrecer la posibilidad de nuevas consultas”.
Además de la prevención del duelo complicado y su derivación a Salud Mental, el programa contempla la formación de los profesionales sanitarios en la identificación de las fases del duelo y de los diversos tipos para poder llevar a cabo con éxito el programa. Asimismo, se pretende conseguir la normalización del duelo entre los sanitarios.
La directora de Enfermería del Departamento de Salud de Elda, Mª José Martínez, ha mostrado su apoyo a este proyecto y ha felicitado a los profesionales de Enfermería de la Unidad de Cuidados Paliativos por “esta iniciativa que va a permitirles desarrollar otra faceta como enfermeros, atendiendo no sólo a los pacientes, sino también a los familiares, y evitando y detectando complicaciones de un proceso tan complejo como el duelo”. Asimismo, Mª José Martínez ha destacado “la profesionalidad de estos enfermeros y su inquietud por mejorar la asistencia que prestan, al haber detectado una necesidad entre sus pacientes y haber respondido a ella con un programa de este tipo”.