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Un trabajo de los dianenses Miquel Crespo y Toni Reig recopila la historia del cine La Rosaleda

Un trabajo de los dianenses Miquel Crespo y Toni Reig recopila la historia del cine La Rosaleda
  • El material ha sido donado hoy al Archivo Municipal para su custodia y uso digital

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Un trabajo de los dianenses Miquel Crespo y Toni Reig recopila la historia del cine La Rosaleda - (foto 2)
El concejal de Cultura, Juan Sancho, ha firmado hoy el acta de donación al Archivo Municipal de Dénia de una copia del trabajo La Rosaleda día a día. 1951-1988, elaborado por los dianenses Miquel Crespo y Toni Reig.

Se trata de una recopilación digitalizada de material sobre las proyecciones diarias que tuvieron lugar en el emblemático cine de verano dianense La Rosaleda desde junio de 1951 hasta su cierre el 18 de septiembre de 1988. En total, más de 4.300 películas que han sido introducidas en una base de datos con su fecha de proyección, el distribuidor y el número de veces que fueron programadas en este cine propiedad de la familia Calvo.

Miquel Crespo ha comentado que tardaron más de un año en reunir la programación completa, los programas de mano, carteles y guías de cada una de las películas que pudo ver el público en los treinta y siete años de vida de La Rosaleda. Todo este material, ordenado, clasificado y puesto en soporte informático, se completa con información y anécdotas de la sala recogidas en un pequeño libro.

El co-autor del trabajo Toni Reig ha destacado que “pocas veces se ha reconstruido la historia de un cine durante un periodo tan largo de tiempo” y ha recordado que La Rosaleda “forma parte de la historia sentimental de Dénia y el ocio de una generación de dianenses está entre sus paredes”.

La Rosaleda, ubicada en el chaflán que forman las calles Patricio Ferrándiz y Castell d’Olimbroi, abrió en Pascua de 1951, de la mano de Joaquín Calvo Orts, como punto de encuentro y baile para los jóvenes de la época. En junio de ese año proyectó su primer film y dedicó la primera recaudación de la temporada al hospital de la ciudad, costumbre que perduró hasta su clausura. En 1956 el negocio pasa a manos del hijo del fundador, también Joaquín Calvo, y se emprende la gran reforma de la instalación: se amplía la pantalla, se crea una pista de patinaje en el centro del recinto y se cubren los porches. El año 1972 marca otro hito en la historia de esta sala de verano y comienza su época de esplendor. Son los años de proyección de estrenos a los que no tenían acceso las otras salas de la ciudad como El Padrino, Love Story, El golpe o Chinatown. Y así, el trabajo de Reig y Crespo va desgranando la historia de La Rosaleda hasta su cierre en 1988.

Además de la copia del trabajo entregada al Archivo Municipal, los autores han donado una a la familia Calvo Matarredona, que ha sido recogida hoy por Joaquín Calvo, nieto del primer propietario de La Rosaleda.

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