La delegada destaca la apuesta del Gobierno por la lucha contra el narcotráfico y la inmigración ilegal
Ana Botella ha visitado el nuevo patrullero oceánico de la Guardia Civil
La misión principal de este buque, botado el pasado mes de diciembre, es el control de la inmigración ilegal, la lucha contra el contrabando, la contaminación así como la búsqueda y el rescate de náufragos y la vigilancia de las aguas territoriales. Su ámbito de actuación es principalmente en las costas africanas de Mauritania, Senegal y Gambia, donde la Guardia Civil colabora con las policías de estos países.
La delegada del Gobierno ha mostrado su satisfacción al comprobar como “la Guardia Civil dispone de las más avanzadas tecnologías y de una embarcación que se ha hecho en astilleros españoles para desarrollar sus servicios de salvamento marítimo y la lucha contra el narcotráfico con unas capacidades que nos sitúan en un lugar muy importante a nivel internacional”.
La embarcación tiene una longitud de 73 mts. de eslora y 12 mts de manga. Dispone de una enfermería con servicio de telemedicina abordo, un helipuerto para posibles evacuaciones médicas y dos embarcaciones que permite intervenciones de salvamento en alta mar. Una de las características del patrullero es su versatilidad que permite cambiar la misión del buque para llevar a cabo desde operaciones humanitarias hasta otras de apoyo logístico a los contingentes de la Guardia Civil desplegados en África. La embarcación dispone de una autonomía de actuación de 60 días.
Además el “Río Segura” dispone de un sistema de propulsión denominado “schottel” que permite a la embarcación realizar giros de 360 grados y acceder a lugares muy angostos y vedados para otro tipo de embarcaciones convencionales.
Este patrullero se une a las unidades oceánicas del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, Río Miño y Río Tajo, con base en Las Palmas y a los aviones CN-235 Persuader.
