La Universitat de València participa en la liberación de 12 neonatos de tortuga boba nacidos en la playa de Cullera
La Unidad de Zoología Marina de la Universitat de València forma parte del equipo de seguimiento de anidación de tortugas marinas en la Comunidad Valenciana, que hoy viernes libera doce ejemplares procedentes del nido puesto por una tortuga boba (Caretta caretta) en la playa Cap Blanc de Cullera en el verano de 2020. Una acción organizada por el Oceanogràfic de València En estos trabajos la Universitat colabora con la Generalitat, la Fundación Oceanogràfic y otras entidades como la ONG Xaloc y la Universidad Politécnica.
El equipo de la Universitat de València coordina las acciones para detección y protección de nidos y de hembras nidificantes, y se ocupa de la translocación de huevos desde las playas peligrosas para la incubación hasta playas protegidas.
Un porcentaje de los neonatos nacidos de estos nidos se destinan a un programa de cría en cautividad en las instalaciones del Oceanogràfic de Valencia, y se liberan al año siguiente de su nacimiento. Este programa persigue disminuir la alta probabilidad de depredación que sufren los neonatos, pero también permite realizar diversos estudios para conocer más el comportamiento de las tortugas juveniles tempranas y avanzar en su conservación.
En este sentido, este viernes (15 de octubre) se liberan diversos ejemplares procedentes del nido puesto por una tortuga boba (Caretta caretta) en la playa Cap Blanc de Cullera en el verano de 2020, playa en la que la tortuga boba realizó la puesta. El equipo de la Universitat, a través del proyecto LIFE MEDTURTLES, y en colaboración con otro equipo de la UPV, ha realizado el marcaje con transmisores satelitales de cuatro de los neonatos procedentes de este nido, criados durante un año en el Oceanogràfic. De hecho, el equipo de la Universitat también financió el marcaje y seguimiento de la hembra de tortuga boba que realizó esta puesta en 2020.
La colaboración entre los equipos de las dos universidades públicas de Valencia está permitiendo recopilar los viajes de un gran número de tortugas bobas adultas y juveniles de diversos tamaños, lo cual permitirá determinar sus comportamientos y áreas de distribución preferentes, informaciones vitales para avanzar en su conservación.