Sánchez-Barcáiztegui: “La Generalitat pone en valor los caminos históricos de la Vía Augusta y la Vía Dianium”
El secretario autonómico de Infraestructuras inaugura la exposición de la Vía Augusta en Cullera
La Generalitat planifica la restauración de estas vías romanas y las dotará de servicios para el disfrute de los transeúntes
El secretario autonómico de Infraestructuras y Transporte, Victoriano Sánchez-Barcáiztegui, ha inaugurado hoy en Cullera una exposición sobre la Vía Augusta y la Vía Dianium bajo el título “El paso de las grandes calzadas romanas por la ribera del Júcar de hace 2000 años”. Allí ha asegurado que desde la Generalitat “se trabaja en la recuperación y puesta en valor de estos caminos históricos para que los ciudadanos los puedan disfrutar a pie, en bicicleta o a caballo”.
La muestra, que ya ha recorrido varios municipios de la Comunitat, puede visitarse en la Casa de la Cultura de Cullera (calle La Bega, 14) hasta el próximo 13 de enero.
La Vía Augusta es una de las principales calzadas construidas por los romanos en España. Con una longitud aproximada de 1.500 km, atraviesa la península desde los Pirineos hasta Cádiz, bordeando el Mediterráneo.
Sánchez-Barcáiztegui ha destacado que en 2010 la Generaltitat redactó un Plan Director de Recuperación de la Vía Augusta en la Comunitat para identificar su trazado, salvaguardar esta infraestructura histórica y disponerla al disfrute de los ciudadanos. Para ello se trabaja en la planificación de la restauración, armonización paisajística y dotación de servicios para el transeúnte.
La Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente revalorizará este camino mediante la creación de un recorrido con continuidad en toda la Comunitat , de carácter eco-turístico y cultural y dotándolo de instalaciones complementarias como albergues, centros de información, áreas de descanso.
“La Vía Augusta fue hace 2.000 años una de las grandes conexiones del Imperio Romano. La Comunitat tiene una tradición exportadora de más de dos milenos y hoy el Corredor Mediterráneo debe constituirse como un eje prioritario que ayudará a conectar la Comunitat con el corazón de Europa, llevando nuestros productos en menor tiempo y reduciendo costes”, ha explicado.
La Vía Augusta es un eje vertebrador que atraviesa la Comunitat de norte a sur a lo largo de 450 km y se complementa con la Vía Dianium, un trazado de 180 km que conecta las poblaciones costeras desde Albalat de la Ribera hasta Alicante.
Un camino con Historia
La Vía Augusta constituye el primer gran eje vertebrador de la Península Ibérica, con un trazado desde Cádiz a los Pirineos, continuando en Francia con el nombre de Vía Domitia, y por Italia como Vía Flamínia y Vía Aurelia hasta enlazar con Roma.
Impulsada por el emperador Augusto, se trata de la calzada romana más larga del territorio peninsular con un recorrido total aproximado de 1.500 km. Además, es el elemento romano de mayor importancia dentro del Patrimonio Viario, incluida en la lista indicativa del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
La importancia de esta red viaria es tal, que incluso en pleno siglo XXI, constituye el principal eje de comunicación con el resto de Europa. Autopistas, carreteras y ferrocarriles siguen básicamente su trazado y son un poderoso elemento económico que fomenta el desarrollo de las distintas poblaciones.
En la provincia de Castellón la Vía Augusta pasa por Traiguera, La Jana, San Mateu, La Salzadella, Coves de Vinromà, La Pobla de Tornesa, Borriol, Vila-Real, Borriana, y Xilxes; en Valencia recorre Sagunt, Valencia, Albalat de la Ribera, Xàtiva y Moixent; respecto a la provincia de Alicante, atraviesa los municipios de Villena, Sax, Elda, Monóvar, Aspe, El Rebolledo, Torrellano, Elx, Rojales y Benijófar.
Otro de los atractivos de esa ruta será el acercamiento a los importantes vestigios romanos. Además de la propia calzada, la Vía Augusta nos acerca a los primitivos miliarios, puentes, villas, arcos y yacimientos romanos. Pero el elemento más importante de la Vía Augusta a su paso por la Comunitat es el arco romano de Cabanes. Se trata de un monumento honorífico de carácter privado construido probablemente a principios del siglo II.