Cullera vuelve a iluminar la ronda del Pont del Llaurador tras ocho años a oscuras
El consistorio repone 16.000 metros de cable e instala un sistema para evitar que vuelvan a robarlo
El Ayuntamiento de Cullera ha vuelto a iluminar la ronda del Pont del Llaurador, una vía que ha permanecido ocho años a oscuras después de que unos ladrones sustrajeran el cableado.
La concejalía de Servicios Exteriores que dirige Salva Tortajada ha repuesto un total de 16.000 metros de cable y ha instalado un sistema antirrobo para evitar que vuelva a producirse un episodio similar.
Se da la circunstancia de que la ronda es una de las vías más transitadas de la población ya que sirve de acceso directo a las playas de la localidad sin necesidad de circular por el interior del casco urbano. A diario son miles los vehículos que pasan por esta carretera y una de las principales reivindicaciones de los usuarios era mejorar las condiciones de visibilidad.
Tortajada ha explicado que se han vuelto a encender 50 farolas que van desde la bajada del puente hasta la rotonda de la calle Favara. También se ha vuelto a iluminar la glorieta que sirve para facilitar los cambios de sentido.
«Era una actuación muy necesaria para reducir la posibilidad de que se produzca un accidente por la noche ya que además de automóviles muchos motociclistas y ciclistas circulan por esta ronda», ha señalado Tortajada.
La inversión total que ha efectuado el consistorio para llevar a cabo esta intervención asciende a 20.000 euros.
Plan de mejora
La iluminación de esta ronda junto a las mejoras en la entrada sur por la N-332, donde también se han optimizado las condiciones de visibilidad nocturna, y el aumento del sistema de alumbrado del acceso norte por la calle Sueca, forman parte de un plan de actuación municipal para mejorar la luminaria en distintos puntos de la ciudad.
En el marco de este programa, próximamente se procederá a aumentar la iluminación en el tramo final de la Diagonal del País Valencià junto al Parque Urbano de San Antonio y el skatepark, una reclamación vecinal que acumula años de espera.