CSIF urge a Conselleria a convocar el Foro de Negociación del personal residente para abordar una mejora de su situación
El sindicato avisa de la precariedad de este colectivo de alrededor de 4.000 profesionales de sanidad y señala que desde febrero de 2021 no se reúne este foro
El sindicato CSIF ha pedido por escrito al conseller y a las direcciones generales de Asistencia Sanitaria y Recursos Humanos de Conselleria de Sanitat que convoquen, “con carácter urgente”, una reunión del Foro de Negociación de las Condiciones de Trabajo del Personal Laboral. El sindicato recuerda que este foro está paralizado desde febrero de 2021.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) advierte de la precariedad con la que trabaja el personal residente, un colectivo que entre MIR, EIR, FIR o PIR engloba a alrededor de 4.000 profesionales. El sindicato señala que a los escasos salarios, con retrasos en ocasiones en los pagos, o la concatenación de guardias, se suman cuestiones como, tal como apunta en su escrito, “los problemas para autorizar días de libranza en compensación por las guardias de Primaria”.
El sindicato lamenta la falta de interés por parte de Conselleria en abordar la situación de este personal laboral de sanidad, ya que el foro específico que se creó para afrontar una mejora de sus condiciones en agosto de 2020 apenas se ha reunido. De hecho, la última convocatoria data de febrero de 2021. Ante esta coyuntura, la central sindical ha pedido a Conselleria que “se active lo antes posible, con fecha y hora de reunión”.
CSIF reclama al conseller que, al igual que hizo con el SAMU cuando llegó al cargo, se ponga a la cabeza de la búsqueda de soluciones. El sindicato lamenta que tanto con su predecesora como hasta la fecha, Conselleria no ha demostrado una voluntad de mejorar las condiciones del personal laboral.
La central sindical recuerda que esa precariedad deriva en que estos profesionales opten por otras autonomías donde se les valore más, tanto en su etapa de residentes como una vez finalizada. Esto provoca, en la práctica, una marcha de talento y una pérdida de profesionales que conlleva un empeoramiento de la calidad asistencial.