La crisis de los chips y la guerra multiplican el valor de algunos vehículos
Modelos con varios años de antigüedad podrían aumentar su precio en un 50%
La crisis en la cadena de suministro de vehículos, la escasez de chips y el aumento de la demanda tras el estancamiento del mercado en la pandemia han hecho que sea más difícil para los compradores conseguir automóviles nuevos. Las entregas se retrasan varios meses o, a veces en algunos modelos, incluso un año, lo que ha empujado a muchos al mercado de segunda mano, donde los vehículos usados a veces se venden a precios más altos que los nuevos.
“Un gran número de personas está aprovechando el aumento de los precios para vender sus automóviles y obtener serios beneficios, encontrando que su vehículo es una fuente inesperada de ingresos en un momento en que los sueldos se han reducido a consecuencia de la inflación”, explica Jan Amat, responsable de la plataforma de recuperación de piezas Recomotor.
Este experto señala además que “algunos coches han aumentado su valor en casi un 50%. Por ejemplo, si alguien compró un automóvil en 2018 con dos años de antigüedad por 5.000 euros, ahora podría venderlo por 7.000 euros tras haber disfrutado de él durante cuatro años y haciendo 40.000 kilómetros, algo inaudito en este mercado y que sigue la estela de lo que está ya ocurriendo en Estados Unidos, Reino Unido y Francia”.
Otra de las situaciones que están observando los analistas de la plataforma es que “estos profesionales se están viendo inundados con vehículos averiados de alto kilometraje generalmente de gasolina frente a los de diésel, así como con múltiples conductores que buscan reacondicionar piezas que antes irían directamente al depósito de chatarra en sus vehículos”.
Entre las piezas más demandadas, los expertos apuntan que “son las relacionadas con el motor y la combustión de un vehículo. Además, suelen ser las más difíciles de encontrar, ya que en algunos casos la demanda supera a la oferta”. En esta línea desde la plataforma destacan que “los recambios pertenecientes a modelos muy actuales, sobre todo a vehículos híbridos propulsados a gas o eléctricos, son casi imposibles de encontrar”. Todo esto ha hecho que las ventas de este tipo de piezas hayan aumentado un 23% en lo que llevamos de 2022 a través de desguaces, es decir, de centros autorizados para el tratamiento de vehículos.
En este sentido, otro de los motivos que han llevado al auge de la compraventa de vehículos ha sido la subida del coste del combustible debido a la invasión rusa en Ucrania. Los analistas de Bankinter señalan al respecto que “tenemos que hacer frente a un escenario de precios elevados durante un tiempo prolongado por la tensión derivada de la guerra Rusia/Ucrania. A ello se une la escasez de oferta, entre otros motivos por repudio internacional al petróleo ruso (segundo productor mundial). Pero además por la reducción de inversiones en el sector en los últimos años”.
En este escenario, Amat señala que “cuando compramos un coche generalmente estamos preocupados por comprar un activo que sin duda se depreciará y nos hará perder dinero, así que esta situación representa un giro total en el sector del motor y en las tendencias normales”.