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El libro de cuentas de 1852 del Sindicato de Aguas es el documento destacado por el archivo municipal en septiembre

El libro de cuentas de 1852 del Sindicato de Aguas es el documento destacado por el archivo municipal en septiembre
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    El libro de cuentas de 1852 del Sindicato de Aguas es el documento destacado por el archivo municipal en septiembre  - (foto 2)

    El documento seleccionado por la archivera municipal Bibiana Candela como documento destacado del mes de septiembre es el Libro de Cuentas que va desde 1852 a1865 perteneciente al Fondo Sindicato de Aguas “La Fuente Antigua”.

    La Fuente Antigua, popularmente conocida en nuestra localidad como “Sequia” o” Mina del Poble” se inicia en el paraje El Castelar, que está situado al inicio de la Rambla y hasta el último tercio del siglo XIX era la única que poseía la villa de Crevillent hasta que aparece la mina de la Sociedad Minera San José y María conocida como “La Cata”.

    De la Fuente Antigua hay numerosas referencias históricas y así en 1795 Antonio José Cabanilles se refiere a la acequia por donde discurría este cauce de agua en sus Observaciones sobre la historia natural, geográfica, agricultura, población y frutos del Reino de Valencia.

    Sus Ordenanzas fueron aprobadas el 24 de junio de 1884, “con arreglo a las antiguas costumbres”, constituyendo una comunidad de propietarios particulares, y llegó a tener hasta seis molineros harineros establecidos a lo largo de su trayecto.

    Loreto Mallol, concejal de Cultura, recuerda que este fondo documental de la Fuente Antigua fue donado por los herederos de José Puig Jover, a través de Salvador Puig Fuentes, en 2010, y como tal, forma parte del patrimonio documental del Ayuntamiento de Crevillent. “Dado que pertenecía a una institución del agua, concretamente a la Mina del Poble y que el agua es un elemento importantísimo en la configuración de Crevillent, podemos decir, indica Mallol, que se trata de un archivo de gran valor cultural y casi único, que aporta documentos pertenecientes a los siglos XIX y XX”.

    El documento escogido en esta ocasión explica Bibiana Candela corresponde a un Libro de Cuentas de entre los años 1852 y 1865, del que se puede extraer una gran cantidad de información, ya que las anotaciones contenidas en sus páginas son de una gran minuciosidad, acompañando a las cuentas los recibos correspondientes tanto a los ingresos como a los gastos.

    Así, por ejemplo, en las cuentas anuales aparecen cantidades correspondientes a la venta de agua, los salarios de los trabajadores entre los que se encuentra el del pregonero de la venta de agua, la limpieza de los cauces o el mantenimiento del reloj de la torre de la antigua iglesia, situada en la actual Plaza de Abastos, cuyo mantenimiento corría a cargo también del Ayuntamiento y de la Sociedad Minera San José y María, “La Cata”.

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