La congelación de semen y óvulos aumenta la posibilidad de ser padres después de superar el cáncer
En 2024 se diagnosticaron más de 286 mil nuevos casos de cáncer en España
El 5,7% de los casos diagnosticados corresponden a personas en edad reproductiva
Según las estimaciones hechas por la Red Española de Registros de Cáncer, REDECAN, durante el pasado año 2024 se diagnosticaron más de 286 mil nuevos casos de cáncer. Aunque los avances en prevención y tratamiento han duplicado la supervivencia a cinco años en las últimas cuatro décadas, “el impacto del cáncer en la fertilidad sigue siendo un reto para muchas personas que son diagnosticadas con esta enfermedad y que tienen intención de convertirse en padres en el futuro”, explica la doctora Elisa Pérez, ginecóloga especialista en medicina reproductiva y directora médica de IVF-Life Donostia.
Los tratamientos con quimioterapia o radioterapia, aunque son efectivos para la lucha contra el cáncer, pueden dañar la capacidad reproductiva tanto en hombres como en mujeres. En ellas puede verse afectada la reserva ovárica o el propio útero, si se localiza en la zona pélvica. Además, “el tratamiento puede llevar a una menopausia precoz o a que se registre un daño en los óvulos que podría afectar a la viabilidad de un futuro embarazo”, según la doctora Pérez. En los hombres, sin embargo, se puede dañar la producción de espermatozoides y alterar los niveles hormonales necesarios para la fertilidad o, en casos más extremos, puede terminar con la pérdida de los testículos, eliminando así la capacidad de producir espermatozoides.
Aproximadamente el 5,7% de los casos diagnosticados corresponden a personas de entre 0 y 44 años, una etapa clave para la reproducción. Por eso, la criopreservación de óvulos y esperma permite a los pacientes oncológicos mantener su capacidad reproductiva tras el tratamiento.
En la última década, el número de mujeres que optan por esta técnica en España se ha multiplicado por 15. Aunque el 70% lo hace por motivos sociales, el resto responde a razones médicas, como proteger la reserva ovárica antes de tratamientos agresivos. Las tasas de embarazo mediante óvulos propios vitrificados en las clínicas de IVF-Life se sitúa en el 63%, aunque depende siempre de factores como la edad y la calidad de los óvulos.
En hombres, la criopreservación de semen es un procedimiento sencillo y eficaz. Basta con recolectar una muestra de semen en un laboratorio especializado, y luego procesarla para su congelación en nitrógeno líquido, lo que permite preservar los espermatozoides para uso futuro. Aunque las tasas de éxito al utilizar espermatozoides congelados en reproducción asistida superan el 60% en las clínicas de IVF-Life, en España la tasa de utilización de semen criopreservado en pacientes oncológicos no alcanza el 10%.
Por esta razón, “es fundamental dar a conocer estas opciones para que las personas que se enfrentan a un diagnóstico de cáncer puedan tomar decisiones informadas sobre su futuro reproductivo”, asegura la doctora Pérez.
La edad es uno de los factores más determinantes para el éxito de la preservación de la fertilidad. En el caso de las mujeres, aunque la media de edad para la vitrificación de óvulos en 2021 fue de 36,4 años, los especialistas recomiendan realizarlo antes de los 35 para garantizar mejores resultados. En los hombres, sin embargo, el impacto de la edad en la calidad del semen es menos drástico. Aunque los hombres producen espermatozoides durante toda su vida, a partir de los 40 años se puede observar una disminución en la motilidad, morfología y calidad del ADN espermático, lo que podría influir en la fertilidad y en los resultados de tratamientos de reproducción asistida. Por ello, aunque no existe un límite tan estricto como en las mujeres, se recomienda considerar la criopreservación de semen antes de esta edad.
Padres después del cáncer
La medicina reproductiva ha desarrollado diversas técnicas para ayudar a quienes desean ser padres tras superar el cáncer, incluso cuando no realizaron preservación previa. Entre estas opciones se encuentra la inducción de la ovulación en mujeres cuya función ovárica no se ha visto completamente afectada, permitiendo recuperar óvulos para fecundación in vitro (FIV). En hombres, la aspiración de espermatozoides directamente desde los testículos es una alternativa en casos donde la producción de esperma es limitada.
Otra opción es la donación de gametos, tanto óvulos como espermatozoides, lo que permite a las parejas recurrir a material genético de donantes para formar una familia. Asimismo, en casos donde la capacidad uterina no está comprometida, se puede optar por la transferencia de embriones generados mediante gametos propios o donados.