Compromís pide la creación de un programa empresarial para el impulso de nuevas mujeres emprendedoras
La diputada y portavoz de Compromís en la Comisión de Políticas de Igualdad de Género y LGTBI, Mònica Álvaro, ha presentado una propuesta para que las Corts Valencianes insten el Consell a que desde la Dirección General de Emprendimiento y Cooperativismo se asuma la creación de un Programa de apoyo empresarial para mujeres en el territorio valenciano, “con el objetivo de impulsar a nuevas mujeres emprendedoras y para dar apoyo e incentivos a las que ya han iniciado sus negocios creando una red de promoción y de apoyo a la actividad empresarial de las mujeres”, ha explicado la diputada.
Álvaro ha añadido que “es necesario realizar un estudio para analizar cuáles son las necesidades de las mujeres en el sector de las startups para desarrollar un programa específico orientado a impulsar y a consolidar el trabajo de las mujeres a este sector. Y, además, hace falta que se impulse un Pacto Valenciano ‘Empresa y Género’ con el objetivo de desarrollar, junto con el mundo empresarial y desde la perspectiva de género, medidas para garantizar la igualdad salarial, medidas para la corresponsabilidad y medidas para impulsar una presencia equilibrada de las mujeres en los órganos de decisión y los Consejos de Administración de las empresas valencianas”.
Según la también portavoz adjunta de Compromís en el parlamento valenciano, “uno de los espacios donde existen especiales dificultades para desarrollar la actividad económica sin desigualdades es el mundo del emprendimiento, donde las mujeres encuentran problemas especialmente con la conciliación y la financiación. El Informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM España) muestra que en 2018 la tasa de actividad emprendedora total fue de 6,4% bajo la población adulta. Del total de población emprendedora, el 53,1% son hombres y el 46,9% mujeres; de cada diez personas emprendedoras identificadas, entre cinco y seis eran hombres y entre cuatro y cinco mujeres. Estas diferencias también se encuentran dentro de la población emprendedora consolidada, incluso la brecha se acentúa: 54,4% hombres y 45,6% mujeres”.
“Como principales problemas para las mujeres, si se dedican al emprendimiento, se encuentran la conciliación y la financiación tanto para empezar los proyectos como para consolidar la actividad. Este informe destaca también otro factor que influye en las diferencias por sexo y que hay que tener en cuenta. Se trata de la percepción que hay sobre los valores y las actitudes para emprender, lo cual pone de manifiesto que las mujeres tienen una percepción de los riesgos y de sus capacidades más negativa que los hombres”.
En ese sentido, “la creación de una red sólida que genere confianza, especialmente entre las mujeres que han emprendido o que podrían emprender, resulta fundamental para impulsar la presencia en este sector. Y por otro lado, la política fiscal actual no se ha construido teniendo en cuenta las desigualdades de género. Así, su esencia androcéntrica estará generando una serie de barreras y de perjuicios económicos para las mujeres que hay que revisar para garantizar que, desde el mismo sistema, no se les esté perjudicando obviando circunstancias que mayoritariamente o ineludiblemente afectan las mujeres”, ha concluido Mònica Álvaro.