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¿Cómo debemos actuar ante un amigo tóxico?

¿Cómo debemos actuar ante un amigo tóxico?
  • Los expertos aseguran que la ruptura de una relación puede conducirnos a un proceso de duelo

Estamos a punto de despedir el año y de entrar en esa fase que llamamos de “nuevos propósitos”. Nos acercamos a la Navidad, época de reencuentros y celebraciones, pero también de reflexión sobre lo que no nos gusta de nuestras vidas, lo que queremos cambiar para ser más felices.

Se cierra un ciclo y se abre otro en el que queremos mejorar y puede suceder que personas y situaciones que tenemos muy arraigadas sean un obstáculo para ello. La amistad, cuando no cumple el espíritu con el que se inició, el de aportarnos cosas positivas los unos a los otros, es una piedra que hay que alejar de nuestro camino.

Hablamos, claro está, de esa amistad tóxica en la que estamos atrapados, muchas veces sin saberlo, desde hace años. Es posible que al leer esto te veas reflejado: tienes un amigo que es casi familia. Os conocéis “desde siempre”, pero la relación y sus dinámicas se han vuelto complicadas. Te preocupa más lo que piense él que lo que piensas tú mismo sobre algunas cuestiones. Te agobias y sientes malestar si tienes que decirle algo.

Además, añade la psicóloga Pilar Conde, sientes que tienes una obligación hacia tu amigo, que éste te exige estar o comportarte como el quiere y que critica, aunque sea de manera sutil, a otras amistades.

Pues bien, advierte la directora técnica de Clínicas Origen, ha llegado la hora de revisar vuestra relación. Quizá ninguno de los dos seáis conscientes de la toxicidad de la misma. Si no estás seguro de esta afirmación, puedes preguntar a otras personas de tu entorno qué opinan de vuestra amistad.

El duelo por la pérdida del amigo

Una mirada ajena puede ser muy clarificadora y ayudar a tomar decisiones. ¿Qué es lo mejor? ¿Tratar de reconducir esa relación o romperla?

En este punto, el consejo de la experta es que si quieres hacer borrón y cuenta para no perder a esa persona a la que te unen tantas cosas, el proceso debe ser mutuo y bidireccional. Los dos tenéis que estar de acuerdo, poner en común vuestro concepto de amistad y dialogar sobre las exigencias, sobre la invasión de derechos personales, buscando el respeto y el equilibrio.

Si no se consigue el objetivo, lo mejor es romper y, aconseja la psicóloga, hay que hacerlo de manera asertiva, explicando lo que se siente y en qué consiste el cambio que se necesita.

En este duelo por la pérdida del amigo, se podrá experimentar también ansiedad, irritabilidad, inseguridad y tristeza, pues, al fin y al cabo, estábamos en una relación de dependencia.

Puede ocurrir también que el otro no nos quiera dejar ir y nos ponga las cosas difíciles, por lo que, según la intensidad de la relación, y su grado de toxicidad, se puede necesitar la ayuda de un profesional de la psicología.

Aunque suene duro, explica Conde , se trata de un proceso que finalmente nos conducirá al bienestar y nos abrirá una nueva vía de oportunidades.

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