La ‘Santa Troballa’ que regaló una patrona a la ciudad de Castellón
En 1366 Perot de Granayana encontró una figurita de alabastro que años más tarde sería objeto de devoción y culto de los castellonenses
Dice la sabiduría popular castellonense que corría el año 1366 cuando el agricultor Perot de Granyana se encontraba arando los campos de la partida de La Plana, donde hoy en día se erige la basílica de la Mare de Déu del Lledó, cuando la yunta de sus bueyes se detuvo repentinamente a los pies de un ‘lledoner’.
Al parecer, el arado se paró al encontrar un obstáculo que detuvo su avance y los animales también cesaron sus pasos. Perot no hizo caso de los bueyes e intentó levantarlos, pero éstos volvieron a postrarse ante el árbol.
El agricultor, con extrañeza, rebuscó entre la tierra el obstáculo y recogió lo que en un principio parecía una piedra. Sin embargo, al observarla detenidamente se dio cuenta de que el canto tenía en realidad una forma muy particular.
Se trataba de una piedra de alabastro blanco que, esculpida de manera bastante ruda, parecía imitar la figura de una mujer orando. Eran apenas seis centímetros de piedra blanca, pero se convertirían en algo muy importante para los castellonenses.
Perot cogió la figurita y la llevó hasta la ciudad para mostrársela a las autoridades de la época. Sin embargo, como ya era tarde y todo estaba cerrado, el agricultor tuvo que llevarse a la piedra esculpida a su casa, para que pasara la noche con él.
Cuando amaneció y Perot fue a buscar la figura para llevársela a las autoridades, ésta había desaparecido de la casa. El labrador la encontró de nuevo en el huerto, en el mismo lugar donde la halló por vez primera. Perot la cogió y la llevó a la ciudad.
A la mañana siguiente la piedra había desaparecido nuevamente. Por esta razón, el Consejo de la ciudad pensó que el labrador estaba loco. No obstante, y tras la insistencia del hombre, lo acompañaron hasta el huerto.
Allí ocurrió el milagro. Perot y el Consejo encontraron a la figura rodeada de ángeles. Ante la celestial aparición, el Consejo Municipal tomó la decisión de edificar una pequeña ermita gótica en el lugar de la ‘troballa’. Una ermita que actualmente es la actual basílica de la Mare de Déu del Lledó.
Además, desde aquel año 1366, la imagen pasó a ser objeto de culto y devoción de todo el pueblo de Castellón.
La historia de la ‘Santa Troballa’ se encuentra hoy en día fielmente reflejada en los lienzos que están junto al altar mayor del templo basílical.
Sin embargo, la pequeña figura que supuestamente encontró Perot de Granyana en el siglo XIV, aparece desnuda y sus rasgos, en primera apariencia, no desvelan si se trata de un hombre o una mujer.
De hecho, estudios realizados recientemente suponen que esta imagen es de origen pagano y que podría ser una representación de la diosa Isthar, la gran madre. No obstante, la fe cristiana la ha convertido en lo que ahora es, la Mare de Déu del Lledó, objeto culto y devoción para los castellonenses.
En un primer momento, la figura fue colocada en un ostensorio, donde fue venerada durante años. Pero con la llegada del arte Barroco a Castellón se colocó en el vientre de otra imagen mayor de la Virgen María.
La Guerra Civil española llegó y los desastres de la misma también dejaron constancia en la imagen de la patrona. El relicario fue totalmente destruido, sin embargo la diminuta figura de alabastro permaneció intacta. Por eso, una vez finalizada la Guerra, se encargó otra imagen relicario, la misma que ahora conocemos y veneramos.
La Mare de Déu del Lledó recibió el título de patrona de la ciudad de Castellón en 1648. Pero no fue hasta el 8 de noviembre de 1922 cuando el Papa Pío XI la proclamó en Roma canónicamente como tal. El 7 de diciembre de ese mismo año, el rescripto papal se hizo público en la capital de La Plana entre un alegre repique de todas las campanas. Además, se cantó un solemne Te Deum en la Iglesia Mayor (actual concatedral de Santa María), enfrente del altar de los santos patrones, que fue inaugurado en 1873.
El año 1924 es para la ‘Mareta’ y sus devotos una fecha especial. El 4 de mayo de ese año la patrona era coronada pontífica y canónicamente por el cardenal de Tarragona, Francesc Vidal i Barraquer.
En 1945 la ciudad de Castellón rendía pleitesía por primera vez a su patrona con la celebración de la primera ofrenda de flores durante las fiestas de la Magdalena.
Por otra parte, en 1962, aprovechando la visita al santuario del Nuncio de Su Santidad en España, Antonio Riberi, se solicitó declarar la ermita de la Mare de Déu como Basílica, hecho que ocurrió finalmente 20 años más tarde, en 1982.
Además, en 1976 la reina Doña Sofía fue recibida en el camarín por la Junta de Gobierno de la Real Cofradía de la Mare de Déu del Lledó y se le entregó un pergamino como recuerdo de su nombramiento como Camarera Mayor.
Por último, cabe destacar que la figura de Perot de Granyana tiene una gran importancia para la ciudad de Castellón y sus vecinos. Por ello, en 1958 el escultor Juan Bautista Adsuara Ramos esculpió el monumento a esta figura, que hoy se encuentra en la avenida del Lledó, de camino a la basílica. Adsuara lo representó sobre piedra caliza blanca en plena actividad del arado de las tierras junto a los dos bueyes que le acompañaban cuando tuvo lugar la ‘Santa Troballa’, hace más de 640 años.