La nueva Ordenanza de Convivencia Ciudadana entrará en vigor durante el mes de octubre
En el último semestre se han detectado 239 casos que serán punibles en cuanto la norma entre en servicio
El concejal de Seguridad Pública, Joaquín Torres, ha detallado esta mañana la Ordenanza de Convivencia Ciudadana que ha auspiciado el Ayuntamiento de Castellón con el fin de incentivar el respeto y la convivencia, ya sea entre los propios vecinos o en relación a cómo afecta a la ciudad y sus elementos en conjunto. “Se trata de una herramienta que no sólo servirá para sancionar a aquellos que realicen actos incívico, vandálicos o que perjudiquen al resto de la comunidad, sino que también tiene un vertiente informativa y de formación para los ciudadanos”, ha explicado Torres, quien ha comentado que el texto entrará en vigor durante el mes de octubre. Presumiblemente el texto será aprobado en el pleno de septiembre después de haber sido expuesto a exposición pública, luego se remitirá a la administración autonómica y central y finalmente se publicará en el BOP, y, pasados, quince días, entrará en vigor.
Torres ha comentado que el principal objetivo de esta nueva ordenanza “es el de conseguir una ciudad más habitable, donde se pueda convivir sin incidentes y respetando, por encima de todo los derechos de los ciudadanos y el estado de calles y elementos urbanos de Castellón. Con este nuevo texto se pretende llegar a un cumplimiento efectivo de las normas sociales básicas y hacer de nuestra ciudad un referente en cuanto al comportamiento de sus ciudadanos y la proyección de la imagen de ciudad”.
Por tanto, esta Ordenanza “nace con la vocación de preservar el espacio público como lugar de convivencia y civismo donde todas las personas puedan desarrollarse en libertad con respeto a la dignidad y a los derechos de todos y todas”.
Dentro del capítulo 4º del texto aparecen las diferentes prohibiciones que hacen referencia a salvaguardar el patrimonio de la ciudad o a erradicar conductas que perjudiquen al resto de la población. Dentro de este capítulo encontramos: agresiones y actos vandálicos en parques y jardines, vías públicas, arbolado, mobiliario urbano, estanques y fuentes y por otro tenemos los comportamientos que perjudiquen a los demás (venta ambulante de alimentos, venta de vehículos fuera de establecimientos debidamente autorizados, apuestas, necesidades fisiológicas).
“Sin duda, uno de los papeles fundamentales para la observación del cumplimiento de esta ordenanza está en el trabajo que desempeña la Policía Local, quien deberá gestionar gran parte de las denuncias y también informar de manera precisa a los vecinos acerca de sus derechos y obligaciones al respecto”, ha proseguido el edil, quien ha destacado que en cuanto a actos que están ya recogidos como sancionables por la nueva ordenanza, podemos decir que en el último semestre, se han detectado un total de 239 casos de este tipo de actuaciones que a partir del mes de octubre serán sancionables, lo que representa el 1,3% de la población y lo que demuestra que la mayoría de los ciudadanos es respetuosa. Así, las más frecuentes son: las pintadas en el mobiliario público, orinar en la vía pública o arrojar papeles o vidrio en la misma.
Y en cuanto a desperfectos ocasionados en la ciudad se han detectado unos 1.300. Recordamos que se trata de acciones que afectan a vallas, papeleras, farolas, contenedores o bolardos.
Sanciones y trabajos para la comunidad
“Pero no nos debemos fijar tan sólo en la ordenanza como una herramienta únicamente sancionadora. La información es uno de los ejes fundamentales de este texto y creemos que la mejor manera de que todos respetemos unas reglas mínimas de convivencia y de respeto a nuestro entorno”, ha proseguido el edil, quien también ha recordado que las sanciones leves pueden llegar hasta los 750 euros y son por orinar en la vía pública, el uso de monopatines fuera de los lugares dedicados a ellos, o escupir.
Las graves, pueden consistir en dañar o pintar señales, fachadas de edificios públicos… y en este caso la sanción se eleva a una franja de entre los 751 y los 1.500 euros. Y en último lugar encontramos las muy graves para los que actúen contra la convivencia ciudadana (peleas en la calle, disturbios, ruidos excesivos…) o dañen árboles, jardines o elementos urbanos de manera grave, que se enfrentarán a multas de entre 1.501 y los 3.000 euros.
“Evidentemente, el carácter de las sanciones dependerá también de las circunstancias y la actitud que muestre el denunciado influirá en la tipificación final de cada acción. Así que no siempre la misma acción supondrá la misma multa”, ha explicado el concejal.
Así, “esta nueva ordenanza trata de conseguir una ciudad mejor para todos y es bueno que los responsables políticos, en este caso yo, como concejal de Seguridad Ciudadana, hagamos lo posible para difundir esta ordenanza, de la mejor manera posible, antes de su entrada en vigor. Una tarea que con la colaboración de los medios de comunicación es más fácil y efectiva”.
“Quiero seguir recalcando que la ordenanza, como su nombre indica, ‘ordena’ una serie de reglas para su cumplimiento por los ciudadanos y ciudadanas de esta ciudad y que sólo aquellos que actúan perjudicando a la sociedad deben preocuparse por su aplicación”, ha dicho Joaquín Torres, quien también ha recordado que las cantidades que se obtengan del cobro de estas multas, se destinarán a la mejora de diferentes espacios públicos como plazas o jardines.
Del mismo modo, siguiendo con la faceta de formación que tiene el texto, también contempla que aquellos que reciban una sanción por un comportamiento o actitud punible dentro de la ordenanza, podrán optar por su cumplirla en forma de trabajos para la comunidad. “Una buena forma, entendemos, de ser responsable ante los demás vecinos y valorar lo importante que es mantener nuestra ciudad en las mejores condiciones”, ha afirmado.
Por último, Torres ha destacado que esta ordenanza “no persigue nada más que conseguir un Castellón mejor y donde la convivencia y el comportamiento de sus ciudadanos sea ejemplo por su respeto y su corrección”.