Isabel Sabater dice que la pasividad del PP ha permitido que el picudo rojo acaba con la fisonomía de la avenida Palmeretes
La concejala socialista asegura que la intervención municipal llegó demasiado tarde
Sabater ha estado alertando al alcalde durante los dos últimos años sobre la infestación de palmeras por el picudo rojo en todo el término municipal, pero sobre todo en los espacios públicos, sobre los que el Ayuntamiento de Castellón tiene competencia plena para actuar. “Las peticiones de intervención urgente que hemos hecho desde el grupo socialista no han sido tenidas en cuenta y ahora nos encontramos con que ya es demasiado tarde para actuar”, apunta.
“Alberto Fabra se hizo fotografías delante de las palmeras de Capuchinos cuando se inició el tratamiento, pero esas fotografías debería habérselas tomado muchos meses antes, cuando aún era posible actuar frente a la plaga y tener algunas posibilidades de éxito”, explica Sabater. El picudo ya ha afectado a centenares de palmeras urbanas de Castellón, lo que revela, a juicio de la concejala, que “los tratamientos aplicados no son suficientes”, afirma. “Hacían falta más medios para erradicar el picudo y no se han puesto”.
Sabater comenzó a requerir una intervención municipal hace año y medio, cuando la plaga, que afecta a palmeras de todo el litoral mediterráneo, empezó a atacar a ejemplares de la ciudad de Castellón. Sin embargo, el equipo de gobierno municipal pospuso la decisión de actuar al considerar que la Administración competente era la Generalitat Valenciana. “El PP empezó a combatir el picudo cuando la mayoría de las palmeras estaban muertas”, lamenta.
Sabater censura que la “irresponsabilidad” del concejal de Sostenibilidad, Gonzalo Romero. “En lugar de estar dando la matraca con problemas virtuales, para abrir frentes de conflicto con el Gobierno, el concejal del PP debería haberse preocupado de salvar las palmeras públicas de Castellón”, señala. La edil socialista recuera que, al menos, cuatro palmeras del parque Ribalta también han sido víctimas del picudo. “Quieren acabar con el Ribalta como sea”, añade.