Investigadores de la UJI y la de Universidad de Granada alertan de las consecuencias del «publica o perece» en investigación en todas las disciplinas, también la filosofía y la ética
El estudio sobre la percepción de malas prácticas en estas dos áreas de conocimiento advierte del papel decisivo del sistema de evaluación en el comportamiento ético del personal investigador
Investigadores de la Universitat Jaume I de Castellón y de la Universidad de Granada acaban de publicar un trabajo en la revista Science & Engineering Ethics en el que muestran evidencias empíricas sobre la percepción del alcance de las malas prácticas en la investigación en las áreas de ética y filosofía de la universidad española. Este es el primer trabajo a nivel mundial que aporta información sobre las malas prácticas dentro de este tipo de áreas.
Los resultados muestran cómo según el 91,5% de los encuestados las malas prácticas en la publicación científica están proliferando. El 61% identifica como habituales tres o más de las prácticas fraudulentas y el 80% dos o más. El personal investigador percibe una alta prevalencia de la publicación duplicada (66%) y el autoplagio (59,0%), el uso de influencias personales (57,5%) o la manipulación de citas (44%).
La investigación ha combinado los datos de la encuesta con un foro de debate (donde participaron 26 investigadores) y con 14 entrevistas en profundidad. Las respuestas obtenidas permiten evidenciar que según percibe el profesorado y el personal investigador de ética y filosofía el sistema de evaluación (basado en recuentos de publicaciones y citas) desempeña un papel decisivo en el comportamiento ético de los investigadores e investigadoras. Es más, el 90,5% de los encuestados vinculan el modelo de evaluación con la proliferación de malas prácticas. Estos datos vienen a evidenciar el lado más oscuro de lo que hoy en día se conoce como la cultura del «publica o perece».
Hasta la fecha se podía pensar que las malas prácticas no tendrían un peso tan decisivo para las disciplinas de ética y la filosofía ya que se podían considerar, en cierta medida, que el personal investigador de estas áreas está como «inmunizado» dadas las características y conocimientos de su propia disciplina. Sin embargo, estos datos cuestionan esta premisa y permiten observar que los investigadores e investigadoras de estas áreas sufren de los mismos problemas y de las mismas presiones que aquejan al resto de disciplinas.
Los datos del estudio «Research Misconduct in the Fields of Ethics and Philosophy: Researchers’ Perceptions in Spain», publicado por Ramón Feenstra, Emilio Delgado López-Cózar y Daniel Pallarés-Domínguez, muestran evidencias reveladoras, así como también indicios preocupantes, sobre el devenir de la investigación, la forma en la que la se desarrolla y, sobre todo, la forma en que se evalúa. Los resultados alertan a su vez sobre las posibles consecuencias de adoptar sistemas de evaluación que midan el rendimiento de los investigadores e investigadoras en términos bibliométricos.