Un estudio vincula el nivel de afecto, comunicación y control en la crianza con la predisposición a las adicciones entre los adolescentes
Investigadores de la CEU UCH y del Hospital Provincial de Castellón han evaluado a cerca de 400 jóvenes de 3º y 4º de la ESO de la provincia, en un estudio que acaba de publicar la revista Brain Sciences
La investigación ha analizado la influencia de la personalidad de los adolescentes y de los estilos de crianza en el riesgo de desarrollar adicciones a sustancias o adicciones comportamentales, como a los videojuegos
Los resultados obtenidos indican que el paso del uso a la adicción de sustancias ya se ha producido entre los 13 y los 14 años, por lo que la prevención debe realizarse antes de estas edades
¿Cómo influyen los rasgos de personalidad de los adolescentes y los estilos de crianza en el riesgo de desarrollar adicción a sustancias? Investigadores de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) y del Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón han evaluado esta relación en un estudio realizado sobre 397 adolescentes de 3º y 4º de la ESO de cinco institutos de la provincia de Castellón. Sus resultados acaban de ser publicados en la revista científica internacional Brain Sciences.
La investigación forma parte de la tesis doctoral de Francesc Rodríguez Ruiz, investigador en formación de la Escuela Internacional de Doctorado CEU (CEINDO), quien destaca: “Hemos detectado una relación directa entre ciertos rasgos de personalidad y el riesgo de abuso de sustancias a edades tempranas. Los adolescentes que no desarrollan adicciones presentaron puntuaciones más altas en responsabilidad, extraversión y amabilidad, y puntaciones más bajas en inestabilidad emocional”.
Estilos de crianza, decisivos
Las psiquiatras del área de salud mental infanto-juvenil del Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón, Irene Escamilla y Nerea Juan, autoras principales del artículo, destacan la importancia del papel de la familia en el desarrollo de trastornos mentales. Según apunta la psiquiatra Irene Escamilla, “hemos demostrado que los estilos de crianza también son decisivos en el consumo de sustancias, siendo los adolescentes de familias con menor estructura y mayor indiferencia por parte de los progenitores aquellos con más riesgo de desarrollar adicciones”.
Por su parte, la psiquiatra Nerea Juan indica que “los resultados del estudio muestran como factor protector de los trastornos por consumo de sustancias las crianzas que transmiten más afecto y mantienen una comunicación constante con los adolescentes”.
Prevención, mejor antes de los 13 años
Los hallazgos del estudio indican también que el paso del uso a la adicción de sustancias ya se ha producido entre los 13 y los 14 años, por lo que “la prevención debe realizarse antes de estas edades, mediante intervenciones especializadas sobre familiares o cuidadores de adolescentes con problemas de carácter”, asegura el profesor Gonzalo Haro, director de la tesis doctoral de Francesc Rodríguez y psiquiatra del Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón.
La investigación ha revelado, además, diferencias según el tipo de adicción en la influencia de la interacción entre la personalidad de los adolescentes y el estilo de crianza de sus familias en el desarrollo de adicciones. En el caso de la adicción a sustancias, la personalidad del adolescente está más alterada, mientras que, en la adicción a los videojuegos, la estructura o indiferencia familiar pierde importancia frente al afecto y la comunicación.
El estudio, publicado en Brain Sciences, ha sido desarrollado por investigadores de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) de Castellón y del Área de Salud Mental del Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón. En la investigación han participado también Ana Benito, psicóloga clínica del Hospital General Universitario de Valencia, y Francisca Castellano, profesora del Departamento de Ciencias de la Educación de la CEU UCH de Castellón, todos ellos miembros del Grupo de investigación en salud mental y adicciones TXP. El estudio ha sido financiado por la CEU UCH y por la Fundación de Investigación del Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón.