Cruz Roja pretende consguir el empoderamiento de la mujer para acceder al mercado laboral
Cruz Roja ofrece formación y capacidades para facilitar la búsqueda de empleo
Manoli Bermudez inicia ahora prácticas como auxiliar en geriatría, tras finalizar el curso en Cruz Roja. Esta mujer, con dos hjios, uno de ellos con dicapacidad, llegó a Castellón en 2002, procedente de Jaén, en busca de trabajo y un futuro mejor. Lo encontró con el apoyo de Cruz Roja. Primero trabajo en el sector de hostelería, para pasar posteriormente a la cerámica. Pero llegó la crisis y el horno que le dio el pan durante años, dejó de funcionar, como tantos otros.
“No sé estar sin hacer nada –dice esta mujer activa donde las haya- así que me hice voluntaria de Cruz Roja y reparto el tiempo entre buscar trabajo, echar curriculums, ayudar a mis hijos y visitar a personas que lo necesitan, incluso más que yo”. Su actitud valiente y su carácter emprendedor son los que la mantienen en pie.
Manoli es optimista y no para de luchar ni un solo momento. Ella no deja pasar una oportunidad; se apunta a cualquier curso para aprender. “ Aunque me costó, ya envío curriculums y busco trabajo por Internet. Así no me limito sólo a la provincia de Castellón, también miro otras zonas. No te puedes cerrar a nada”.
Por su parte Ouijdane, que llegó hace tres años de Marruecos, también expresa su agradecimiento a la formación recibida en Cruz Roja, gracias a lo cual consiguió trabajo. “Primero fueron las clases de español, después hice el curso de manipulador de alimentos y el de atención sociosanitaria, lo que me permitió cuidar a una persona mayor, aquí en Castellón”.
Esta joven se muestra muy satisfecha con el parendizaje recibido y la fuerza necesaria para seguir adelante. “Llegué con la crisis, reconoce, eso unido al pañuelo, por ser musulmana, no me ha resultado nada fácil”.
Las cifras son demoledoras. El 61’5% de usuarios atendidos por Cruz Roja en la Comunidad Valenciana son mujeres y el 79% de las mujeres en dificultad atendidas está en desempleo. Como se puede constatar, la pobreza tiene rostro de mujer. Factores como la escasa cualifiación profesional, la carencia de ingresos, los hijos a su cargo o residir en una vivienda temporal ayudan poco a superar obstáculos y conseguir una estabilidad.
Desde el Plan de Empleo de Cruz Roja se trabaja por la igualdad de oportunidades y la lucha contra la discriminación, intentando que toda la sociedad se implique de forma corresponsable en esta tarea. En los 11 años que lleva el Plan en marcha, se ha prestado atención a 250.000 personas en todo el territorio, de las que 143.000 son mujeres.
Manoli y Ouijdane son sólo un ejemplo de ellas. Y matizan que Cruz Roja no les da nada material, ni alimentos, ni ropa, “nos da algo mejor y más valioso, nos ayuda a conseguir objetivos: nos ofrece formación, conocimientos y sobre todo nos aporta fuerzas para seguir buscando un futuro mejor”.