La Cruz del Ribalta ya duerme en su nueva ubicación de Castelló
La Iglesia de Santo Tomás de Rafalafena acoge la polémica cruz desde esta noche
Castelló ha cambiado su paisaje urbano. Después de 79 años con la cruz instalada en el parque Ribalta, este miércoles 4 de enero de 2023 pasará a la historia como el día en el que el monumento fue retirado de la ubicación en la que llevaba desde 1944, en una larga jornada no exenta de momentos de tensión.
Tras ser retirada la empresa adjudicataria ha trasladado el elemento hasta su nueva ubicación, donde descansa desde esta noche: la iglesia de Santo Tomás de Villanueva del barrio de Rafalafena, no sin algún inconveniente, ya que la grúa ha golpeado el muro de la iglesia cuando intentaba entrar por la puerta, dejando una visible grieta.
Desde el pasado mes de agosto, cuando se planteó la infructuosa retirada de la cruz, la explanada de esta parroquia contaba con una base en la que posar su fuste. Una base que ha tenido que esperar medio año más de lo previsto para acoger la cruz.
El lábaro ya es propiedad del Obispado de Segorbe-Castellón, que ha decidido su nueva ubicación.
Hay que recordar que el proceso de retirada de la cruz se paralizó durante unos meses debido al contencioso presentado por Vox y Abogados Cristianos.
Su argumento era que la cruz se destruiría en su retirada, una cuestión que el Ayuntamiento desmintió presentando nuevos informes técnicos en los que se aseguraba su protección física al ser levantada de sus cimientos.
Finalmente, la cruz ha demostrado ser más dura de lo previsto, ya que constaba en su interior de numerosos elementos de metal que la han mantenido intacta en su traslado.
“Se entregará al obispado una cruz latina desprovista ya de simbología fascista, que será simplemente eso, una cruz latina”, explicó Ruiz a principios de año, momento en el que se levantó la suspensión cautelar y se pudo reiniciar el proceso para licitar la contratación de la retirada.
El controvertido elemento nació como monumento a los Caídos por Dios y por España, pero que fue resignificado en 1979 por el pleno municipal ya en democracia.
Sin embargo, las manifestaciones convocadas por grupos franquistas frente al monumento han llevado al consistorio ha retirarlo de conformidad con la Ley de Memoria Democrática de la Comunitat Valenciana, al considerar que el monumento en su conjunto sigue siendo un lugar de referencia para la ultraderecha.
Una decisión que ha generado polémica en la ciudad, ya que muchos opinan que el monumento es simplemente una cruz latina sin significación alguna.