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Comunicado de la Asociación "Castelló sense soroll"

    Aunque la Asociación vecinal apolitica Castelló Sense Soroll tiene como único objetivo la defensa de los derechos de sus socios y vecinos afectados por el ruido y los daños colaterales a lo largo de todo el año, no podemos, sin embargo, dejar de analizar, aunque sea someramente, estas fiestas de la Magdalena tras escuchar las opiniones de los socios y las quejas de los convecinos.

    Las fiestas locales son un gran momento de esparcimiento y alegría y así debe ser, pero ello no implica dejar de aplicar las normas que las ordenanzas suavizan ya mucho en atención a tan señaladas fiestas. De su cumplimento depende el descanso de personas mayores, enfermas, trabajadores... que tienen también el derecho a ser amparadas y escuchadas.

    Es notorio que las macro-discotecas-verbenas (Borrull, Cardona Vives, María Agustina, Avda.del Mar, Lagasca...) que se ubican año tras año en las mismas plazas y barrios incumplen reiteradamente a lo largo de toda la semana el horario (hasta las cuatro de la madrugada) y los decibelios (90 dB(A),medidos a una distancia de 5 metros del foco sonoro) (art 49 de la Ordenanza Municipal de Protección contra la Contaminación Acústica de Castellón).

    Este seria el momento oportuno para instalar ya tal como venimos pidiendo sonómetros fijos que dieran en tiempo real datos sobre nuestros niveles acústicos al igual que hacen otras capitales.

    Al no cumplirse ni tan siquiera esta laxa normativa ocurre que todos queremos fiesta pero nadie la quiere en la puerta de su vivienda y las peticiones de traslado de las macro-discotecas-verbenas se suceden año tras año.

    De todos modos las fiestas tienen un valor pedagógico pues al socializarse el ruido y la suciedad muchos castellonenses durante una semana al año pueden hacerse una idea de lo que soportan de continuo determinados vecinos de la ciudad por el simple hecho de vivir cerca de una zona de ocio.

    Finalmente queremos hacer alusión a la última sentencia del TSJCV, en la que se da la razón a una comunidad de vecinos en contra de la Junta de Gobierno del AYT de Castellón, por las irregularidades cometidas por éste último en la tramitación de la concesión de una licencia de actividad musical, que no cumplía con los parámetros básicos para éste tipo de licencias, y concretamente en lo que nos ocupa, señalar que no se realizó el preceptivo estudio con el perjuicio que esto podía suponer para los afectados.

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