Celebración en Lledó por el X aniversario de la muerte del Obispo Cases Deordal
Por su petición el Papa concedió el titulo de Basílica a Lledó en 1983
El próximo sábado, 21 de abril se cumplirán diez años de la muerte de Mons Josep María Cases Deordal. Fue el segundo obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón. Su pontificado duró veinticuatro años (1972-1996). Natural de Santa Eulalia de Riuprimer (Gerona), realizó sus estudios en los seminarios de Tortosa y Gerora, y en las universidades de Comillas y Gregoriana de Roma, desarrollando su labor sacerdotal en la diócesis de Gerona. Hombre sencillo y de carácter amable, tuvo que afrontar los difíciles años del final del franquismo y la transición democrática, buscando solución a los numerosos y a menudo graves problemas surgidos en la relación entre la Iglesia y el Estado. Fueron muy preocupantes los encierros de trabajadores en la Iglesia Concatedral de Castellón o en la Asunción de Vall de Uxó, y de musulmanes en la Arciprestal de Villarreal, o las secularizaciones de un numeroso grupo de sacerdotes. La prensa, ya entonces, le criticó abiertamente su toma de postura ante leyes civiles que permitían el aborto.
El obispo Cases Deordal puso en marcha en la diócesis todas las estructuras de corresponsabilidad eclesial, emanadas del Vaticano II. Creó los distintos Consejos para el gobierno de la Iglesia diocesana, (Pastoral, Consultores, Economía, Presbiterio, etc), así como las Vicarías Territoriales y los organismos de participación del clero, religiosos y laicos. Con intuición y clarividencia pastoral supo crear nuevas parroquias en las localidades industriales con gran crecimiento demográfico, mientras se creaban equipos de atención en los núcleos del interior rurales y con fuerte despoblación.
Por su voluntad se abrió de nuevo como Seminario el “Mater Dei”, regresando los seminaristas desde Valencia. Impulsó la finalización de las obras de la Concatedral de Santa María de Castellón de la Plana y creó los Grupos de Oración y Amistad (GOA), de los que fue fundador y animador, al tiempo que potenció la pastoral de los enfermos y de las personas mayores. También se preocupó con esmero de los más pobres, a través de Cáritas Diocesana y de otros organismos.
En 1983, por su petición a la Santa Sede, eran elevadas a la dignidad de Basílica el Santuario de Lledó y la Catedral de Segorbe. En 1992, con motivo del IV Centenario de San Pascual Baylón, recibió a los Reyes de España y durante el Año Santo Mariano coronó canónicamente a la patrona de la diócesis, la Virgen de la Cueva Santa. El 22 de febrero de 1996 le fue aceptada su dimisión como obispo residencial, que él había presentado al cumplir la edad reglamentaria. Falleció en 2002 y está enterrado en la cripta de la Concatedral de Santa María. Le sucedió como Obispo Mons. Juan Antonio Reig Pla. Tiene dedicada una calle en Castellón. El Ayuntamiento de Segorbe le concedió la Medalla de la Ciudad.