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El C.D. Castellón acarició la remontada (2-1)

    No conviene dejar a Nino suelto en el interior del área. Y menos aún facilitarle la ardua tarea del gol. Suele ser letal. Está programado para matar. El ariete encontró un regalo en las inmediaciones de Carlos Sánchez. Como suele ser una norma inquebrantable no perdonó ante la terrorífica mirada del resto de los jugadores albinegros. La naturaleza de la acción suele contrariar a lo entrenadores. Un saque de banda finalizó en el fondo de la red de Carlos Sánchez. La jugada aparece en el libro de ruta del Tenerife. No fue una novedad desde esa perspectiva. El castigo fue duro porque condicionó el resto de la confrontación. La escuadra insular cogió aire tras el gol de Nino. Nunca un equipo tuvo que mostrar tan escasos argumentos para jerarquizar cuando el cronómetro se posaba sobre el minuto diez. A partir de ahí comenzó un encuentro distinto que elevó todavía más el grado añadido de dificultad tras la diana obtenida por Iriome en las cercanías del intermedio. El Tenerife golpeó con contundencia en los extremos del primer acto. Toda la furia que le faltó al cuadro albinegro ante la portería de Juan Pablo en el cómputo general del enfrentamiento quedó materializa en las apariciones de Nino e Iriome. Dos tiros, dos goles, el tercero del cuadro local salió arañando la escuadra de Carlos Sánchez tras un zapatazo de Hormiga.

    No hubo más indicios de peligro por parte del grupo de Oltra. El C.D. Castellón se recompuso y merodeó la portería de Juan Pablo desde la diana de Nino, pero sus correrías morían en ese punto en el que se ponen en vereda los envites. Oberman cruzó todo el campo con el balón cosido, rebasó a sus oponentes y lanzó un dardo envenenado que salvó con infinidad de apuros el arquero. El rechace regresó a las botas del argentino que se encontró con el enorme cuerpo del guardameta. Aurelio cabeceó fuera en el postrer suspiro. El C.D. Castellón se lanzó a la heroica en busca de una recomposición que alcanzó por momentos. Y la inercia se multiplicó por mil en la reanudación. El grupo fue más cartesiano en sus movimientos en ese espacio. Mario adquirió la propiedad del esférico. El Tenerife se echó dos metros atrás y comenzó a sufrir las reiteradas acometidas albinegras. A base de casta, un aspecto sustancial al bloque de Murcia, y buen juego el C.D. Castellón marchitó a su adversario. No se puede negar el espíritu de redención que exhibió el colectivo. El equipo penó por la tendencia suicida de los primeros compases. El gol se esfumaba, pese a los arreones. Reggi, Aurelio, Oberman y Rafita enmudecieron el Heliodoro Rodríguez López. El Tenerife se deshilachaba con celeridad. Rasgado en dos pedazos únicamente contemplaba el contragolpe como vía de acceso hacia los dominios de Carlos Sánchez. La medular penaba ante López Garai y Mario Rosas. Aurelio acertó tras conectar un potente cabezazo. Acarició el C.D. Castellón la remontada hasta los minutos finales, pero le resbaló en el último suspiro.

    Tenerife: Juan Pablo, Marc Beltrán, Clavero, M. Martínez, P. Sicilia, Julio Hormiga (Ricardo, m 68) Ayoze, Iriome (Blanco, m 75), Nino (Arruabarrena, m 61) Óscar Pérez y Culebras

    C.D. Castellón; Carlos Sánchez, Pedro, Dealbert, Mora (Aurelio, m 22), Baigorri, López Garai, Mario Rosas, Arana (Rafita, m 73) Oberman, Txiki (Reggi, m 57) y José Tabares

    Árbitro: Teixiera Vitienes. Colegio Cántabro. Amonestó a Martínez, Bertrán, Pedro Hernández, Aurelio, Mario Rosas y Rafita.

    Goles: 1-0. Nino. M. 10. 2-0. Irione. M. 43. 2-1. Aurelio. M. 83.

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