Castelló dice adiós a la cruz del Ribalta con dos manifestaciones enfrentadas
Los trabajos para el desmontaje del monumento y la construcción del jardín duraran 6 semanas
Tras cuatro años de contenciosos judiciales y 79 años de cruz en el parque Ribalta, el Ayuntamiento de Castelló ha dado inicio este miércoles a la retirada de este monumento.
Lo hace en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, al constar este homenaje en el catálogo de vestigios de la dictadura franquista. La Cruz de los Caídos fue erigida en plena posguerra, instalada en este céntrico parque en el año 1947 para recordar a los caídos del bando franquista.
Dos manifestaciones encontradas de de detractores y defensores se han dado cita frente a la cruz para dar su ‘adiós’ particular a la cruz, unos alegres de ver desaparecer este monumento tras casi un siglo de existencia y otros que defienden que la cruz debe permanecer donde se encuentra.
Hasta el lugar se han acercado los representantes de los partidos políticos en el consistorio, tanto del gobierno como de la oposición, diputados en Les Corts, miembros del Gobierno autonómico e incluso el exconseller Vicent Marzà y el diputado en el Congreso Joan Baldoví.
Una cruz o un monumento fascista
El conjunto de la Cruz de los Caídos fue resignificado y desprovisto de símbolos de la dictadura mediante un acuerdo plenario del ayuntamiento de 1979.
Un hecho al que han hecho referencia la portavoz del PP, Begoña Carrasco y la diputada de Vox, Llanos Masó, que han recordado que el primer ayuntamiento de la democracia tomó esta decisión, con la que la cruz “pasó a ser un monumento a todas las víctimas de la violencia”.
Sin embargo, la regidora de Memoria Democrática, Verónica Ruiz, ha indicado que “es un símbolo que aún provoca confrontación” De hecho, como ha explicado, “aunque el ayuntamiento de 1979 trató de resignificarla han habido cada 20 de noviembre exaltaciones del fascismo”.
“Esta no es una cuestión de cruces sino de monumentos a la dictadura que no fomentan la democracia y se han de quitar de la vía pública”, ha destacado Ruiz.
El diputado Joan Baldoví, por su parte, ha querido mostrar su apoyo a la retirada indicando que “la ley está para cumplirse y no debería de haber más problema”, al tiempo que ha señalado que “es una solución razonable dársela al obispado y desaparece un vestigio que ofende a quienes perdieron la guerra”.
Siete procesos judiciales
La asociación Abogados Cristianos también ha estado presente en una de las manifestaciones, donde han explicado que han iniciado un nuevo proceso judicial pidiendo la inhibición del juez de lo contencioso que está llevando este caso, al considerar que es cercano a los partidos de izquierdas.
Con este, ya son siete los procesos judiciales iniciados por esta asociación que considera que la retirada de la cruz es “un ataque a los símbolos religiosos”, en palabras de su portavoz, Norberto Domínguez.
Desde esta asociación, entre otras cuestiones, rechazan el traslado de la cruz hasta una iglesia de la capital, ya que creen que “la cruz no se debe de mover del parque Ribalta”.
Al respecto Verónica Ruiz ha considerado que la asociación se guía desde el sectarismo y los ha calificado de “talibanes”. Baldoví también se ha referido a esta asociación, de la que cree que “solo tiene principios cristianos cuando hablan de una parte, me gustaría verlos cuando se abren las tumbas de los represaliados en el cementerio de Castelló”, ha afirmado.
Seis semanas de obras
Las obras de retirada y restitución del jardín original y durarán seis semanas y se iniciarán cuando la empresa construya el armazón de encofrado para transportar la cruz hasta su nueva ubicación sin que la cruz latina sufra desperfectos. El proyecto está adjudicado por 62.589 euros.
“Recuperamos el espacio ocupado por el monumento en el jardín del Ribalta, integrándolo en el Bien de Interés Cultural y tomando como base los planos anteriores a la instalación del monumento que se retira, del año 1926”, ha resaltado el regidor de Urbanismo, José Luis López.
Las obras contemplan en una primera fase el vallado de la zona de actuación y los trabajos propios para la retirada y traslado de la cruz, como la protección de la misma con entablillado, el corte del fuste por la base, el levantamiento, el transporte y la colocación en la ubicación escogida por el obispado de la Diócesis de Segorbe-Castellón al que ha sido cedida la cruz.
La siguiente fase de las obras se centra en la recuperación del jardín en el espacio ocupado por el monumento a los Caídos, adaptándolo a la configuración que tenía antes de su colocación, en base a planos de 1926. Los trabajos consistirán en el movimiento de tierras que comprende la eliminación del pavimento existente y la base del mismo hasta llegar a terreno natural a fin de poder conectar el jardín nuevo con el suelo del jardín.
A continuación se procederá a las intervenciones en materia de albañilería y riego, con la colocación del bordillo, adoquinados, pavimentos varios y bancos de materia cerámico; y la implantación de los mecanismos necesarios para realizar el riego, con conexión al sector de riego existente.
En último término se harán los trabajos de jardinería, mediante los que se actuará sobre el terreno con el aporte o estructuración de suelos para plantar diversas especies. En este sentido, se plantarán árboles, arbustivas y tapizantes con el criterio de su existencia previa o histórica en el parque.