Carmen Calvo aboga por legislar sobre el tiempo y la reproducción como única solución para que la democracia avance en igualdad

Carmen Calvo Poyato, profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de Córdoba, miembro del Consejo Nacional de la Comisión para la Racionalización de los Horarios Españoles y ex ministra de Cultura (2004-2007), ha sido la encargada de iniciar el VII Seminario Internacional/XIII Jornadas de Interlocución municipal «Conciliación de la vida laboral, personal y familiar: un asunto público», organizadas por la Fundación Isonomia y el equipo de investigación «Derecho y género» de la Universitat Jaume I.

Carmen Calvo ha mantenido un diálogo junto a Asunción Ventura, profesora de Derecho Constitucional y vicepresidenta de la Fundación Isonomia, sobre la democracia cotidiana y el reparto de los tiempos. La ex ministra ha iniciado su intervención haciendo una reflexión sobre la importancia de la gestión del tiempo «porque los seres humanos tenemos que arrancar el día con luz y acabarlo con el crepúsculo y con la oscuridad» y ha lamentado las disfunciones horarias que se sufren en España «es un tema gravísimo porque tenemos un sistema de luz-oscuridad-horario absolutamente inhumano. Gran parte de los problemas que tenemos de productividad laboral, de fracaso escolar y de enfermedades falsas provocadas por la ansiedad vienen provocados por estos horarios irracionales, porque dormimos una hora y media menos que en el resto de Europa».

Por todo ello, la profesora de Derecho Constitucional ha afirmado que «el tiempo es el primer elemento a considerar por parte de una democracia que quiera ser revolucionaria: la gestión del tiempo y el reparto de los tiempos. La sociedad ha cambiado, las mujeres han accedido a la ciudadanía y al mercado laboral pero el reparto del tiempo se sigue manteniendo como hace 200 años: el hombre tiene tiempo para su espacio público y privado y la mujer sólo tiene tiempo para su espacio privado. Hemos dado por bueno ese reparto del tiempo y no debemos hacerlo».

Carmen Calvo y Asunción Ventura han coincidido en que la única solución para acabar con esta situación pasa porque el Estado empiece a legislar sobre estos asuntos, porque el gran reto de la democracia actual es avanzar en igualdad. «Conciliar no es un asunto privado es un asunto público, es el gran asunto político de la democracia porque o colocamos la maternidad en el centro del debate o no avanzaremos nada. El eje del debate de un modelo de país y de convivencia es cómo vienen al mundo las próximas generaciones y tiene que hacerse en unas condiciones que garanticen la igualdad de mujeres y hombres».

«La política debe empezar a hablar de valores morales e ideología y no sólo de gestión. No queremos hablar de conciliación, queremos una legislación contundente. En los últimos 200 años se ha mejorado la vida física de las personas (sanidad, educación, infraestructuras) y ahora a la democracia le toca entrar en la vida psicológica, en la vida no material. Tenemos que volver a pactar cuáles son las condiciones de igualdad y las condiciones mínimas de dignidad, tenemos que abrir un debate, hacer propuestas y votar. Es necesario aprobar una Ley del Tiempo y una Ley Integral de Maternidad y Reproducción que coloque a las mujeres en el centro del debate porque los estereotipos sobre la masculinidad y la feminidad han cambiado» ha concluido Calvo.

Antes de este diálogo, el seminario ha sido inaugurado por la directora académica del mismo, Asunción Ventura Franch; el profesor de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social, Santiago García Campà y la vicerrectora de Planificación Estratégica, Calidad e Igualdad, María José Oltra quien ha recordado que es una responsabilidad de las instituciones públicas y de la ciudadanía conseguir que la aplicación de la Ley Orgánica de Igualdad se convierta en realidad. La vicerrectora también ha hecho hincapié en que las universidades públicas «debemos asumir la responsabilidad ineludible de promover buenas prácticas para que la igualdad sea cada vez más real». Por último, ha afirmado que la conciliación de la vida laboral, personal y familiar es posiblemente uno de los ámbitos en los que menos se ha avanzado en materia de igualdad, «por ello hay que promover las necesarias modificaciones legislativas y también las buenas prácticas».