La Cultura del Cáñamo de Callosa de Segura ya es Bien de Interés Cultural inmaterial
El Consell ha aprobado el decreto por el que se declara Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de bien inmaterial, la Cultura del Cultivo del Cáñamo de Callosa de Segura.
El cultivo del cáñamo está considerado como una actividad tradicional de gran arraigo cultural en este municipio del sur de la provincia de Alicante que ha perdurado durante siglos, hasta el punto de ser un referente no solo para Callosa de Segura, sino también para todas las poblaciones del Bajo Segura.
Como destaca el acuerdo, los conocimientos transmitidos de generación en generación en torno al cultivo del cáñamo y sus aplicaciones constituyen una riquísima muestra etnológica y se erigen en la mayor expresión viva heredada de los antepasados, en cuanto a las técnicas y saberes vinculados a la artesanía tradicional propia de la Vega del río Segura, lo que ha motivado su protección como BIC de carácter inmaterial.
Además, el mantenimiento y transmisión de la cultura del cáñamo como elemento del patrimonio cultural ha generado en la actualidad un calendario vinculado a su cultivo, siguiendo las técnicas tradicionales, y también a la recreación los oficios tradicionales que se desarrollan en el contexto de las actividades promovidas desde el Museo y la Escuela del Cáñamo, que se han convertido en hitos del calendario festivo local parala población callosina.
Por tanto, la declaración como BIC otorga la máxima protección no solo al cultivo tradicional propiamente dicho, sino al conjunto de conocimientos tradicionales, actividades, creaciones, prácticas, usos y técnicas relacionadas con la cultura del cáñamo.
La protección de la cultura del cáñamo de Callosa de Segura como patrimonio cultural inmaterial se concretará en la realización de trabajos de identificación, descripción, investigación, estudio y documentación con criterios científicos y en la incorporación de los testimonios disponibles que contribuyan a garantizar su protección y preservación.
Además, se velará por el normal desarrollo y pervivencia de esta manifestación cultural, tutelando la conservación de sus valores tradicionales y su transmisión a las generaciones futuras.
Las acciones de salvaguardia que se propongan deberán tener en cuenta, de manera muy especial, los riesgos de desvirtuación que se podrían derivar del turismo masivo, así como la necesidad de valorar y proteger adecuadamente los oficios tradicionales asociados a esta manifestación.
La gestión del bien la ejercerán el Ayuntamiento de Callosa de Segura, la Escuela de los Trabajos Artesanales del Cáñamo y el Museo del Cáñamo, junto con todos los actores de esta manifestación inmaterial, que serán los que decidan sobre aspectos materiales e inmateriales, así como sobre su desarrollo y protección.
Cualquier cambio que exceda el desarrollo normal de los elementos que forman esta manifestación cultural se tendrá que comunicar a la dirección general con competencias en materia de patrimonio cultural, que tendrá que conceder, si procede, la autorización administrativa y la modificación de la declaración como BIC.
La declaración de esta Bien De Interés Cultural de carácter inmaterial se inscribirá en la Sección Primera del Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano y se comunicará, asimismo, al Registro General de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Cultura.
Una tradición con más de ocho siglos de historia
En la Huerta del Río Segura, a la que pertenece geográficamente Callosa de Segura, se han constatado datos sobre el cultivo del cáñamo y el uso de sus fibras desde el siglo XIII, con diferentes menciones a lo largo de los siglos.
Asimismo, el célebre cronista Antonio José Cavanilles o, en el siglo XIX, Madoz, hacían referencia a las producciones de cosechas de cáñamo y los numerosos oficios dedicados a ellos entre los que cabe mencionar, aparte de la agricultura en general, la de fabricación de alpargatas de cáñamo, los telares de lienzo o la venta de la agramiza o caña del cáñamo al Arsenal de Cartagena para la elaboración de pólvora por el cuerpo de artillería.