Vuelve al Arenal Sound a Burriana: ¿Paraíso musical o pesadilla vecinal?
Comienzan los trabajos de montaje del recinto tras el desbroce de las zonas de camping
Vuelve el Arenal Sound a Burriana tras dos años de pandemia. Un festival que volverá a traer este verano varios días de música y a decenas de miles de personas hasta las playas del municipio.
De hecho, en el entorno del puerto de Burriana ya se empieza a notar el tránsito de toritos y carretillas moviendo materiales para el montaje del recinto del festival, después de acabar los trabajos de desbroce de los solares donde se ubicarán las zonas de camping y descanso.
Un Arenal 2022 esperado por muchos, tanto por los negocios de hostelería de la zona que hacen el agosto como por los ‘sounders’ que han estado huérfanos desde la última edición de 2019. Por otra parte, parte del vecindario se prepara para una semana de masificación, dificultades para aparcar y falta de descanso por el ruido.
Del 2 al 7 de agosto
Así, el festival ya empieza a coger cuerpo para estar listo a partir del 2 de agosto, cuando se inicia una semana de música ininterrumpida donde la electrónica, el reggaeton y el rap y el trap tendrán un gran peso.
El ambiente festivalero llenará las calles de la zona marítima de Burriana del 2 al 7 de agosto con la llegada del Arenal a la playa del mismo nombre. Y es que este año hay muchas ganas de que empiece este festival que en solo un día agotó los abonos cuando salieron a la venta.
“Llena de vida la zona”, explica una mujer de avanzada edad ante el retorno del festival: “Yo si fuera joven iría”. Eso sí, la mujer, que pasea tranquilamente cerca del recinto, explica que vive “a la otra punta del puerto”, por lo que “no me molesta el ruido”.
Otra residente en los bloques de pisos frente al festival, madre de dos hijos, describe el “buen ambiente” que se genera con la llegada de miles de visitantes. “Ya era hora que volviera”, señala, aunque sí admite que “a muchos de los vecinos no les gusta por el ruido”.
Es el caso, por ejemplo, de un vecino mayor que reside en el grupo Roger de Flor, a escasos metros de donde se instalan los escenarios y los grandes altavoces. “Es horrible”, explica este anciano. “Aquí no se puede vivir durante toda la semana y no es solo el festival sino los días de antes, con todo el ruido de las máquinas y las pruebas que hacen”.
“Yo me voy a Burriana, a otra casa que tengo, desde que empieza a haber movimiento y hasta que no acaba todo no vuelvo”. Además, apunta a la dificultad para desplazarse debido a la falta de aparcamiento, aunque el Ayuntamiento habilita zonas exclusivas para los vecinos.
En este sentido, otra vecina que en la rotonda de entrada al puerto lamenta que le cuesta conciliar el sueño. “No puedo dormir por las noches pero tampoco por el día, porque siempre hay música a rodas horas”, relata esta mujer, que critica que “la música está muy alta y vibran los cristales, se escucha hasta en Les Alqueries”.
Mientras, unos hombres que hacen cola en un cajero de la avenida Mediterránea, mostraban su indiferencia. “Son solo unos días”, indican estos residentes que aseguran no sufrir demasiado las molestias, especialmente los que habitan en los bloques de apartamentos más alejados del recinto del festival.