Traver Calzada inmortaliza a dos mártires de Burriana en los nuevos retablos de la Basílica de El Salvador
Los mártires amigonianos Fray Benito Mª y el Padre Laureano Mª serán recordados, honrados y venerados en el altar de la Virgen de los Dolores en la Basílica El Salvador
La Basílica El Salvador de Burriana cuenta con dos nuevos retablos de Vicente Traver Calzada. Ubicados en la capilla de la Dolorosa, el pintor burrianense ha retratado a dos mártires amigonianos nacidos en la capital de la comarca de la Plana Baixa: Fray Benito Mª y el Padre Laureano Mª.
El viernes 22 de marzo, ambos retablos fueron bendecidos por el obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, en un acto al que acudió el alcalde de Burriana, Jorge Monferrer, acompañados por el artista de ambas impresionantes obras, Vicente Traver Calzada, cuyo proyecto fue impulsado por Santiago Ríos.
En el acto de inauguración, el padre Juan Antonio Vives Aguilella explicó algunas pinceladas de la vida de los dos mártires y posteriormente el obispo se trasladó a la capilla para bendecir los dos cuadros.
Así son los retablos
Los dos cuadros están pintados sobre tabla fenólica con la misma técnica que el Retablo de la Concatedral de Castelló, de temple-óleo, con el marco de hierro que garantiza su perfecta estabilidad, y procurando cuidar la nitidez del dibujo y la luminosidad de los tonos para que en la penumbra típica de las iglesias no se pierdan. Los cuadros miden 250cm de altura x 200 cm de ancho cada uno y ambos presentan un hueco en arco de media punto como paso a las capillas contiguas.
Son retratos de tamaño algo mayor del natural, en armonía con el precioso altar de la pared frontal que flanquean.
“El lugar de ejecución de los dos monjes tiene mucho protagonismo como se me pidió expresamente. La pared de detrás del monje Fray Benito, el hermano mayor, está agrandada y pintada con detalle por ser el lugar donde los fusilaron”, explica el autor.
Además, “la parte superior de ambos cuadros la he pintado en grisalla intentando transmitir la tragedia, la destrucción de la Iglesia y del campanario del pueblo -hecho que ocurrió realmente la madrugada del 5 de julio de 1938 cuando las tropas republicanas se retiraban de Burriana- y de la plaza mayor del pueblo sobre cuyas ruinas se repite la escena de una abrazo entre dos personajes en alusión a los bandos enfrentados en la guerra civil, cubiertos de agresiones, heridas y cosetones, en los que he querido representar el perdón y la reconciliación necesarias para que el pueblo renazca de las ruinas provocadas por la contienda: he dejado rayas de cuadrícula abundando en la idea de que dicha reconciliación es un proyecto en ejecución vigente y que exige la colaboración de todos”, ha continuado Vicente Traver Calzada.
Sobre las ruinas de Burriana, también, ha pintado una piedad realista intentando expresar el dolor de una madre manteniendo el cuerpo sin vida de su hijo asesinado. “He pretendido adaptarme al tema propuesto: destrucción de una persona particular, fray Benito María de Burriana, convertido en símbolo de la destrucción de un pueblo, una sociedad y un sentimiento religioso”, ha explicado.
Sobre la figura del padre Laureano María de Burriana también sobre la vista del campanario y la Iglesia en ruinas en grisalla y dejando entrever las cuadrículas, “he sobrepuesto la imagen de la virgen Dolorosa con el rostro oculto pero acogiendo al mártir con gesto amoroso”, ha matizado el artista.