MAPA | ¿Qué zonas de Burriana tienen más peligro de inundarse?
El Plan de Emergencias plantea qué hacer si ocurre una ‘pantanada’ en el Sitjar o Maria Cristina
España está en pleno debate sobre sus zonas inundables y los peligros para la población, tras la polémica alerta enviada por el Gobierno de la Comunidad de Madrid ante la fuerte DANA que afectó la península. Pero, ¿qué zonas pueden verse afectadas por una inundación en Burriana?
La capital de la Plana Baixa ha sometido este verano al trámite de información pública su Plan Territorial de Emergencias, donde el Ayuntamiento valora el riesgo de incendios, el de sus grandes aglomeraciones festivas, el tecnológico o el de inundaciones.
Este plan dedica el grueso de su contenido al peligro de inundaciones, el mayor al discurrir el término municipal varios ríos y zonas de marjalería.
Según los mapas de riesgos del plan, el mayor nivel de peligrosidad, nivel 1 (con una frecuencia de inundaciones de 80 cm de agua cada 25 años) envuelve el Mijares y el cauce del río Anna, e incluso se encuentra dentro de esta zona de peligro una parte del núcleo urbano como calle Calvario o Santo Tomás, en el meandro que tuerce el río.
Como nivel 2, con fuertes inundaciones en un periodo de retorno de cada 100 años, quedan marcados La Serratella, prácticamente al nivel del mar y con una línea de costa más elevada, lo que impide salir el agua hacia el mar. También están en este nivel de riesgo como campos que envuelven la desembocadura del río Mijares y la zona alrededor del Clot de la Mare de Déu.
En otro nivel, alertan los mapas de cierta peligrosidad en la zona costera donde se ubicará el PAI Sant Gregori o, ya en zona urbanizada, en el área del Arenal de la calle Juan Lugo y sus adyacentes, que pueden llenarse de agua hasta el Mercat de la Mar.
Otra zona con cierto peligro es la cara oeste de la CV-18, un área de huertos por el área de Hortolans que puede quedar inundada al hacer la carretera un efecto barrera que acumule el agua al otro lado, si se desbordase el río por La Bota.
Del mismo modo, se advierte como zona en riesgo de inundación la de los huertos que quedan detrás del núcleo urbano del Grao o el área de la propia carretera al Grao, donde el agua bajaría directamente hacia el mar.
Además, se aprecia riesgo geomorfológico en todas las zonas construídas. Por ejemplo, en la zona del Puerto, donde se recibe el agua que baja desde la ciudad, se indica que el punto más conflictivo es el de la calle Ribesalbes entre Mariners y Formentera.
Dentro de la ciudad, zonas como el camí d'Onda se indica que podrían verse afectadas por el desbordamiento de La Tanda, así como la plaza Generalitat, donde se indica que es fácil su encharcamiento.
¿Qué peligra en caso de ‘pantanada’?
El plan, además de valorar las lluvias torrenciales, prepara al municipio para una posible avenida si sufriese un accidente la presa del Sitjar (Onda) o la de Maria Cristina (L’Alcora).
Así, ante una posible riada súbita por el cauce del Mijares, el plan advierte de la vulnerabilidad de infraestructuras como el puente de la CV-18 o los caminos de la Cantera Vora Riu, Carnissers, Sant Pau y Camí de la Cossa (CV-1850).
Asimismo, en caso de ‘pantanada’ se plantea la evacuación de edificaciones como el Club Hípico Mediterráneo y el restaurante El Coso, así como edificios emblemáticos como “El Palasiet” y otras 53 construcciones aisladas de diferente índole, los primeros que se verían afectados por la catástrofe.
Tierra de históricas inudaciones
Y es que Burriana es tierra de inundaciones históricas, las últimas este 2022, cuando el río Anna amenazó con desbordarse, aunque se recuerdan otros ejemplos recientes, como las de 2015 durante el Arenal Sound con un millar de vacuados del camping o las de 2009 en la zona marítima, cuando se acumularon 436 litros y hasta 1'8 metros de agua en la avenida Mediterrània, lo que obligó a derribar un muro de contención junto a la Escola de la Mar para que el agua pudiera salir al mar.
El Plan de Inundaciones, de hecho, indica que La Plana de Burriana ha sido creada por la sucesiva acumulación de sedimentos arrastrados por los ríos Mijares y Anna, en las cuencas de los cuales se producen avenidas que desbordan los cauces naturales.
Los antecedentes históricos, se indica en este documento, sugieren que desde el siglo XVI el núcleo de Burriana ha sufrido alrededor de una inundación cada siglo, la última de ellas en 1956. Justo ese año embalse de Benitandús cortó de raíz inundaciones, protegiendo así a Burriana.
Sin duda una de las peores y más recordadas fue la de la madrugada del 11 de octubre de 1956 se desbordó el río Anna, que llegó a hundir 14 viviendas y obligó a evacuar otras 70. La vía férrea Valencia-Barcelona y la carretera general tuvieron que ser cortadas, al desbordarse el río en la zona del puente del ferrocarril, en algunos puntos las aguas alcanzaron los dos metros de altura y el puente de la carretera de Vila-Real fue sobrepasado, cortándose la comunicación con esta población.