Juan García, vecino de Santa Bárbara, denuncia el alto riesgo de incendio a causa de los huertos abandonados que hay junto a su vivienda

Juan García, vecino de la partida del Calamó de Burriana, inmersa en la futura urbanización de la marina y golf de Santa Bárbara, denuncia el abandono de los huertos que rodean su vivienda, sita detrás de la alquería del Mas Quemado. García teme que se produzca un incendio como los que se han originado en la zona de Sant Gregori, en los que debido a la gran cantidad de zarzas que inundan los huertos incluso ha sido necesaria la presencia de hidroaviones y helicópteros contraincendios. “Si todo esto arde, mantenía señalando la maleza, me quedaré sin casa, y lo tendré muy difícil para salir de aquí”.

Este vecino de Santa Bárbara exige que se cumpla la Ordenanza del Medio Rural aprobada por el Ayuntamiento el 5 de junio de 2008. Así, en su artículo 12 establece que los propietarios de parcelas rústicas que por abandono del cultivo o tener solares abandonados colindantes con terrenos rústicos, que causen daños a las tierras cultivadas, bien por esparcimiento de semillas, de malas hierbas o por plagas procedentes de los terrenos abandonados, estarán obligados a limpiar dichos terrenos y a pagar los daños que hayan causado en parcelas cultivadas. Pero en este caso, no sólo se trata de tierras cultivadas, sino de una vivienda, en la que residen todo el año, y que paga contribución urbana, al estar incluida dentro del ámbito residencial del caserío de Santa Bárbara.

Juan García nos relataba el periplo del huerto de dos hanegadas, totalmente abandonado, que hay junto a su casa, y que viene a resumir, a modo de paradigma, lo que está sucediendo en toda la zona sometida a un PAI que ni tan siquiera ha llegado a aprobarse provisionalmente. “Este huerto, explicaba, era de un particular. Se lo compró una inmobiliaria por 26 millones de pesetas, a razón de 13 millones por hanegada, y ahora el propietario de la parcela es una entidad financiera porque la inmobiliaria no ha podido hacer frente a los préstamos”.

García ha denunciado reiteradamente los hechos al Ayuntamiento, que ha enviado en varias ocasiones al Inspector de obras para comprobar la situación de los huertos. También tiene constancia de que se han enviado cartas a los propietarios, a quienes si no hacen caso a la orden de limpiar sus terrenos se les impone una sanción de 120 euros. “Pero ahí queda la cosa, sostiene, por lo que exijo que se tomen cartas en el asunto, y o bien lo haga el Ayuntamiento, de manera subsidiaria, pasándole luego la factura al infractor de la ordenanza, o que se obligue directamente al propietario aplicando mayores sanciones, u otros medios que resulten efectivos”.

El denunciante no se opone a que se haga el proyecto de Santa Bárbara, pues interpreta que Sant Gregori, y sobre todo Santa Bárbara, por estar detrás Sotogrande, son las únicas salidas que le quedan a Burriana. Pero mientras todo eso llega, insiste, los campos no pueden estar así “con culebras que superan el metro y medio”. Juan García lamenta que antes siempre había gente por los campos “desde el que sembraba tomates, al que iba varias veces a la semana a ver el huerto, o el que tenía un parany… Ahora no hay nadie, y como tampoco se saca nada de la naranja, los vecinos no quieren ni arreglar los caminos”.

El proyecto de Santa Bárbara depende íntegramente de la aprobación del Concierto Previo que se encuentra actualmente en la segunda fase técnica de su procedimiento de aprobación; es decir, en la elaboración del Informe de Sostenibilidad Ambiental (ISA). Pese a ello, Burriana todavía no sabe a estas alturas si le aceptarán proyectos a los que no está dispuesta a renunciar como el golf y la marina de Santa Bárbara. El documento de referencia que es sobre el que técnicamente debe basarse el ISA, a la hora de establecer la amplitud, nivel de detalle y grado de especificación del informe de sostenibilidad, centra especialmente sus dudas en dos proyectos: Santa Bárbara y el Parque Empresarial de la carretera de Vila-real. Respecto a Santa Bárbara advierte que deberá analizarse su viabilidad dadas las afecciones existentes sobre el mismo.