Cristina, una burrianense desesperada atrapada entre una 'inquiocupa' y un fondo buitre
Pide que las disputas judiciales por estos casos se resuelvan con más agilidad
Tener una casa y no poder disfrutar de ella. Esta es la situación que vive Cristina, una vecina de Burriana que tiene que vivir en una casa ajena al no poder entrar en su vivienda, al entrar en conflicto con unos inquilinos y con la espada de damocles de un fondo buitre sobre la casa.
Su tormento comenzó cuando decidió poner en alquiler el pasado mes de febrero un chalet aprovechando que se iba unos meses fuera de España. "Lo puse a buen precio, por 500 euros al mes, pero era solo para unos meses y no tenía muebles", explica, ya que pretendía ponerla a la venta seis meses más tarde, una meta que se ha complicado, más aún cuando un fondo ha subastado presumiblemente su vivienda al no poder continuar con el pago de la hipoteca, según expone.
Y es que los problemas de esta terapeuta y tiktoker comenzaron cuando entró una pareja como inquilina, pero se quedaron las llaves y al cabo de un tiempo habrían dejado de pagarle, siempre según su relato de los hechos. "Tenían prisas, se metieron y a los pocos días ya pusieron una alarma", cuenta Cristina, que se cuestiona "quién se pone una alarma solo para unos meses".
Esto, junto con las evasivas continuas le hicieron saltar todas las alarmas de que se podría encontrar ante un supuesto engaño, como ha denunciado también en los juzgados de Vila-real.
"No tengo otro ingreso en mi casa que el alquiler, estaba hundida, desesperada y llorando en mi casa", asegura esta mujer que se ha propuesto combatir lo que considera una injusticia, un camino en el que asegura que ha conocido a otras personas de la población que sufren el mismo problema de lo que califica como 'inquiocupación'.
"La gente siente vergüenza y no lo cuenta, y yo al principio también me sentía avergonzada, me sentía tonta porque me habían tomado el pelo", recuerda, al tiempo que lamenta su situación actual: "Me he quedado sin mi casa, no tengo coche ni tampoco ingresos".
Así, mientras espera que la justicia dicte sentencia "tarde o temprano", se siente "desamparada" y pide cambios legales para que no se tenga que esperar tanto tiempo cuando ocurre un caso de este tipo y los tribunales resuelvan estas situaciones con más agilidad. Aún así, asegura que tiene la mano abierta para poner fin a esta situación si la otra parte del acuerdo se abre a cambiar de actitud.
Además, por si fuera poco, la situación se complica todavía más, ya que sobre la vivienda planea la sombra de un fondo buitre, que reclama el chalet para cobrarse la deuda de la hipoteca que Cristina no acabó de abonar y que el banco revendió a un fondo de inversiones.
De hecho, durante este impasse el fondo ha llegado a subastar el chalet y ella asegura que sin avisarla, por lo que también ha iniciado un litigio contra esta compañía y espera que la situación con los inquilinos no lo complique todo aun más.
Así, Cristina insiste en que la vivienda seguiría siendo todavía suya pese a la operación de subasta del fondo, que considera fraudulenta. Una situación a la que explica que se acogen también los inquilinos, que alegarían que el chalet ya no es de ella para poder alquilarlo, indica Cristina.