Burriana rompe con la constructora que edificaba el nuevo instituto

El pleno municipal del Ayuntamiento de Burriana ha aprobado este jueves por unanimidad apartar a la constructora de las obras del nuevo instituto de secundaria Jaume I.

Así, el consistorio ha dado definitivamente el paso de resolver el contrato e iniciar el proceso para imponer penalidades a la constructora Acciona, tras constatar durante varios meses que las obras no avanzaban.

El concejal de Educación, Joan Ramon Monferrer, ha explicado que se ha tomado esta decisión “a consecuencia de la actitud de la empresa”, que prácticamente había paralizado la obra mientras los plazos de ejecución seguían corriendo.

El Ayuntamiento da así el último paso para resolver el contrato tras los intentos infructuosos de negociar con la empresa durante los últimos meses. De hecho, según se ha explicado en el pleno, la empresa advirtió que no continuaría con las obras a partir del 20 de enero, cuando finalizó las cubiertas del edificio.

“La empresa no estaba dispuesta a reconsiderar la situación”, ha explicado en el pleno, por lo que se ha optado por “resolver el contrato por la falta de voluntad de cumplirlo”.

Se inicia también el procedimiento para imponer las penalidades que correspondan a la empresa, lo que podría suponer sanciones, la pérdida de la garantía depositada, indemnizaciones y además “la clasificación de la empresa correría riesgo”, afectando incluso a su capacidad de concurrir a futuras obras.

El Ayuntamiento ahora deberá de rehacer el proyecto teniendo en cuenta lo que ya se ha construido y volver a licitar la obra, un proceso podría durar seis meses más.

Esto, sumado al más de medio año de retraso que acumulan las obras y al año de trabajos todavía pendientes por ejecutar, llevaría a tener acabado el centro un curso más tarde de lo previsto, en lugar de entrar los alumnos el próximo verano. Mientras, seguirán en los barracones ubicados en el camí Llombai.

Hasta ahora solo se ha edificado la parte estructural y las cubiertas del edificio, por lo que este esqueleto de hormigón formará parte del paisaje de Burriana durante un tiempo, hasta que se reemprenda la construcción.

Un error de cálculo

Según ha recordado Monferrer, toda esta situación comenzó cuando la empresa fue consciente de que habían errado en el cálculo del coste de la obra, más costosa de lo que en un principio estimaron, por lo que trataron de rectificar el presupuesto con métodos que el Ayuntamiento consideró inadecuados e incluso de “mala praxis”.

Y es que, según explicó el regidor el pasado verano, la empresa llegó a pedir hasta 5 millones de euros extra y presentó una solicitud de revisión de precios que contenía incorrecciones, partidas duplicadas y materiales innecesarios, según el estudio encargado por el consistorio.

Hay que recordar, además, que la empresa ha presentado un contencioso en los tribunales contra la desestimación de la modificación al alza que pedía del presupuesto. La compañía pedía hacer una revisión alegando que el precio de las materias primas había aumentado en los últimos meses.

Sin embargo, el consistorio enmendó las cuentas presentadas por la empresa aduciendo numerosos errores e incluso la duplicación de varias partidas y le recordó que la vía para compensar el aumento de la inflación era otra, mediante un decreto del Gobierno central.

Se trataría, como explicó Monferrer, de una situación similar a la que se vivió en el colegio Regina Violant de Almassora, donde el Consell rescindió el contrato adjudicado a la constructora en 2017 cuando esta paró las obras reclamando también un aumento del precio del contrato.