Emilio Gutiérrez Caba y Luisa Martín protagonizan en Burjassot La muerte y la doncella
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12/11/2009
La oferta teatral programada por el Instituto Municipal de Cultura y Juventud de Burjassot sigue adelante en otoño. Tras la Utopía con que su predicador, Leo Bassi, abrió la temporada cultural, en noviembre adquiere protagonismo la programación de La muerte y la doncella, un drama protagonizado por dos reconocidos intérpretes de la escena española actual, Emilio Gutiérrez Caba y Luisa Martin. Las historias que encierran La muerte y la doncella llegarán al Centro Cultural Tívoli el sábado 21 de noviembre, a las 22:30h de la noche. El precio de las entradas es de 10 euros, con descuento del 20% si se presentan las tarjetas municipales, en el momento de efectuar la compra, pero siempre antes del día del estreno.
La muerte y la doncella, una obra escrita en 1991 por el autor chileno Ariel Dorfman y llevada al cine, en 1994, por el controvertido director Roman Polanski, vuelve ahora a escenificarse en las salas y teatros de la mano Saga Producciones, asociada con Forum Theatre y la Agencia Pinkerton. Dirigida por Eduard Costa, La muerte y la doncella es un drama que ahonda en los rincones oscuros del sadismo dictatorial y en los procesos de tortura que a los que el ser humano es capaz de someter o soportar. En la escena, se narra el encuentro fortuito, y la rememoración angustiosa de los hechos ocurridos durante la dictadura de Pinochet, entre una mujer víctima en el pasado de violaciones y su propio torturador. Paulina (Luisa Martín) reconocerá la voz de su torturador, el doctor Miranda, (Gutiérrez Caba) cuando éste aparece un buen día en su casa acompañado de su marido, Gerardo (José Sáiz), que ha decidido auxiliarle cuando a éste se le pincha una rueda. Paulina, aun no conociendo el aspecto físico de su torturador, ya que le vendaba los ojos durante las torturas, tiene su voz grabada en la memoria. En palabras de Emilio Gutiérrez Caba, el doctor Miranda encarna esa “ambigüedad humana, que tan pronto se manifiesta bondadosa como cruelmente sádica”.
La muerte y la doncella, además, hace referencia al título de un cuarteto de Schubert, precisamente la música que el doctor Miranda ponía durante las torturas. “Es una constante que se repite a lo largo de la representación”, dice Eduard Costa, puesto que la música “da pie al proceso de borrachera mental” en el que se sumerge la víctima y que el torturador utiliza “para cometer sus vejaciones”.
El Instituto Municipal de Cultura y Juventud de Burjassot apuesta en otoño por el teatro comprometido y de fuerte lectura social y conviene con la dirección de la obra en que, en este caso, el objetivo es que la gente se posicione, que el espectador salga tocado. La muerte y la doncella es la obra teatral latinoamericana más representada de la Historia.
La muerte y la doncella, una obra escrita en 1991 por el autor chileno Ariel Dorfman y llevada al cine, en 1994, por el controvertido director Roman Polanski, vuelve ahora a escenificarse en las salas y teatros de la mano Saga Producciones, asociada con Forum Theatre y la Agencia Pinkerton. Dirigida por Eduard Costa, La muerte y la doncella es un drama que ahonda en los rincones oscuros del sadismo dictatorial y en los procesos de tortura que a los que el ser humano es capaz de someter o soportar. En la escena, se narra el encuentro fortuito, y la rememoración angustiosa de los hechos ocurridos durante la dictadura de Pinochet, entre una mujer víctima en el pasado de violaciones y su propio torturador. Paulina (Luisa Martín) reconocerá la voz de su torturador, el doctor Miranda, (Gutiérrez Caba) cuando éste aparece un buen día en su casa acompañado de su marido, Gerardo (José Sáiz), que ha decidido auxiliarle cuando a éste se le pincha una rueda. Paulina, aun no conociendo el aspecto físico de su torturador, ya que le vendaba los ojos durante las torturas, tiene su voz grabada en la memoria. En palabras de Emilio Gutiérrez Caba, el doctor Miranda encarna esa “ambigüedad humana, que tan pronto se manifiesta bondadosa como cruelmente sádica”.
La muerte y la doncella, además, hace referencia al título de un cuarteto de Schubert, precisamente la música que el doctor Miranda ponía durante las torturas. “Es una constante que se repite a lo largo de la representación”, dice Eduard Costa, puesto que la música “da pie al proceso de borrachera mental” en el que se sumerge la víctima y que el torturador utiliza “para cometer sus vejaciones”.
El Instituto Municipal de Cultura y Juventud de Burjassot apuesta en otoño por el teatro comprometido y de fuerte lectura social y conviene con la dirección de la obra en que, en este caso, el objetivo es que la gente se posicione, que el espectador salga tocado. La muerte y la doncella es la obra teatral latinoamericana más representada de la Historia.
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