El mar avanza y sigue devorando la costa valenciana: más del 60% ya ha visto reducida su extensión
Futuro incierto para las playas valencianas por el cambio climático, la contaminación y la turistificación masiva
La costa valencianas y española se encuentran "en grave peligro debido a la tríada mortal del cambio climático, la contaminación y la turistificación excesiva", según alertan los ecologistas de Greenpeace, que aseguran que todas las comunidades autónomas con litoral sufrirán un retroceso de sus playas entre 2030 y 2050, con algunas zonas particularmente críticas como el Delta del Ebro, "que está siendo literalmente devorado por el mar".
"En algunos puntos, como en la costa de la Comunitat Valenciana, más del 60% de sus arenales ya ha visto disminuir su extensión", afirman.
Un modelo insostenible
"Durante décadas, hemos explotado nuestras costas sin considerar las consecuencias. La proliferación de urbanizaciones turísticas, campos de golf, hoteles y proyectos insostenibles como el segundo museo Guggenheim en Urdaibai o el Hard Rock Hotel en Tarragona, están erosionando el litoral y acelerando su deterioro. A esto se suma la contaminación proveniente de grandes proyectos industriales como Ence en Pontevedra o Ceasa en Navia, que llevan décadas vertiendo residuos en el mar sin que se tomen medidas contundentes", aseguran.
El cambio climático: un acelerador implacable
Además, creen que "el cambio climático actúa como un amplificador de estas amenazas. El aumento del nivel del mar, el incremento de la temperatura del agua y la acidificación oceánica están azotando nuestras costas con mayor virulencia".
Así, se estima que para 2030 ya se perderán playas en zonas como Barcelona, Vigo, A Coruña o Almería. Las olas de calor marinas, cada vez más frecuentes e intensas, están poniendo en riesgo la supervivencia de especies como el atún rojo en el Mediterráneo.
Soluciones urgentes y locales
"Es imprescindible un cambio radical en nuestro enfoque hacia las costas. Las viejas soluciones como la reposición artificial de arena o la construcción de paseos marítimos que bloquean la acción natural del mar, son ineficaces y costosas. En su lugar, se necesitan medidas de adaptación a nivel local, autonómico y estatal que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, protejan los ecosistemas costeros y promuevan un modelo de turismo sostenible", explican.