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La atención del cuidador es primordial para evitar los efectos del calor en los ancianos dependientes

  • Se les debe dar de beber aunque no lo pidan, pues en las personas mayores disminuye la sensación de sed

  • Durante el día se procurarán los lugares más frescos, ventilados o acondicionados

  • La ropa será clara, ligera y transpirable y deberán tomarse platos fríos y ligeros

La actuación del cuidador “es fundamental para evitar las consecuencias de los efectos del calor en los ancianos con dependencia”, ha señalado el doctor Ramón Navarro, especialista en Medicina Interna y jefe del Área Médica Integral del Hospital Pare Jofré.

El aumento de la temperatura en verano conlleva la toma de una serie de medidas para hacer frente a los efectos nocivos del calor, sobre todo en ancianos y niños, que son los sectores de la población más vulnerables.

El doctor Navarro hace especial hincapié en que los cuidadores “den de beber agua o, en su caso, zumos –nunca bebidas alcohólicas- a los ancianos, aunque éstos no lo pidan, porque en las personas mayores existe una disminución de la sensación de sed y, por tanto, del deseo de ingesta de líquido”. De este modo, el cuidador está evitando que el anciano se deshidrate por causa de temperatura elevada. Además, si toma medicamentos diuréticos debe insistirse mucho más en que beba, incidiendo en que cada vez que orine debe ingerir un vaso de líquido.

Se procurará durante el día mantener las ventanas cerradas y las persianas bajadas en aquellas habitaciones donde dé el sol y se ubicará al anciano en los lugares más frescos, ventilados o acondicionados. Se aprovechará el anochecer o la noche, cuando las temperaturas han descendido, para ventilar la casa.

Otra medida preventiva que debe tomarse es vestir al anciano con ropa clara, ligera, no apretada, que deje transpirar, preferiblemente de algodón y evitando en todo caso las prendas sintéticas.

Además, si el anciano sale a dar un paseo durante el día debe llevar sombrero o gorra y se le debe aplicar crema protectora solar de factor de protección elevado unos 30 minutos antes de salir al sol.

En la medida de lo posible, deben evitarse las comidas calientes o pesadas y se llevará a cabo la tradicional dieta de verano, basada en platos fríos y ligeros como ensaladas, verduras y frutas.

Higiene personal
Otro aspecto importante que debe tenerse en cuenta es la higiene personal del anciano, en la que ha de incidirse más si cabe en época estival.

Así, el aseo personal debe ser diario y se recomienda la ducha como mínimo tres veces por semana y con jabones suaves e hidratantes.

Además, como medidas de seguridad en el baño se procurará la existencia de plato de ducha en lugar de bañera, alfombra antideslizante, asideros en las paredes y silla de ducha.

Por último, cabe señalar que la piel debe hidratarse bien con leches corporales y solo se utilizarán desodorantes sin alcohol y colonias suaves.

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