Almassora convierte a su residencia de la tercera edad en un granero de profesionales

La veteranía y experiencia a la que da cobijo la residencia de la tercera edad de Almassora ha permitido que en estos últimos años decenas de estudiantes hayan hecho uso de esta “útil herramienta de aprendizaje” para convertirse en profesionales. El centro público dependiente del Ayuntamiento de Almassora, desarrolla cada año experiencias, proyectos e iniciativas “que han posibilitado que este centro se convierta en un servicio activo, vivo, con un contacto directo, estrecho y fluido con la sociedad y el entorno en el que habita”.

Inmaculada Esteller, regidora del departamento de Servicios Sociales, ha hecho hincapié en esta característica “que hace de nuestra residencia un servicio único y modélico”. Una labor “que es posible gracias al esfuerzo y trabajo de los profesionales que se emplean en estas instalaciones”, y que ha permitido el desarrollo de una gran labor formativa y de integración social.

Cada año, la residencia alberga un nutrido grupo de profesionales en prácticas que el centro recibe a través de los proyectos de voluntariado y reintegración social en los que participa. “Se trata de una doble vía de satisfacción puesto que los alumnos en prácticas, además de formarse, ayudan a solucionar las necesidades de los internos”.

Voluntariado, reinserción social, cumplimiento de horas para la comunidad o prácticas profesionales en diversos campos son las plataformas empleadas por la institución como fundamento y base para alcanzar “objetivos muy variados, atendiendo a las características y singularidades de cada uno de los alumnos implicados”, ha señalado el director de la residencia de la tercera edad, Primitivo García.

Cabe destacar la estrecha relación del centro con asociaciones como Ajuda a Persones Amb Dependència (APAD), Cáritas Diocesana Segorbe-Castellón o el propio Ministerio del Interior. En materia laboral, la residencia ha acogido prácticas profesionales en diversos ámbitos como son el sociosanitario y el sociocultural. A través de un amplio cupo de programas, como ha sido el ciclo de auxiliar de geriatría desarrollado por el Taller de Empleo, los planes del Servef o los centros educativos, tales como institutos y universidades, “son muchos los profesionales que han podido reforzar sus conocimientos en el seno de la residencia de la tercera edad”, ha incidido García.

“El esfuerzo de todos los trabajadores de la residencia de la tercera edad de Almassora ha hecho posible que nuestro servicio sea un ejemplo para otros centros de mayores. Un servicio que es permeable, abierto a la sociedad y que aprovecha y pone en valor la sabiduría y experiencia de todos y cada uno de sus usuarios a través de actividades que facilitan el intercambio de conocimientos con otras generaciones”, ha considerado la edil.

El aula de la vida
La residencia de la tercera edad de Almassora desarrolla a lo largo del año trabajos y proyectos con colegios de Infantil y Primaria de la localidad. Iniciativas como el Projecte Tardor en educación Preescolar, el Dia de l'Arbre o La Castanyada persiguen, según indica García, “que los residentes asuman grados de satisfacción personal y además enriquezcan el mundo de los niños, enfrentándolos a la realidad de la experiencia de convivir y realizar actividades educativas con la gente mayor”.

Asimismo, dentro la interrelación entre mayores y jóvenes promovida por la propia residencia cabe reseñar las colaboraciones periódicas con alumnos del IES Vila-Roja o del IES Álvaro Falomir. Desde la filmación de una película hasta charlas y talleres dirigidas a ayudar a estudiantes con riesgo de exclusión social, son solo algunas de las iniciativas desarrolladas en el seno del centro público de mayores de Almassora.