Un proyecto de la UA impulsa el estudio de los polinizadores urbanos en Alicante
La iniciativa pretende recabar información sobre abejas, mariposas, moscas de las flores y otros insectos, para acercar su conocimiento a la sociedad
La legislación europea promueve ampliar el conocimiento sobre el estado de los polinizadores para frenar su declive
La Universidad de Alicante (UA) ha puesto en marcha un proyecto de ciencia ciudadana para caracterizar los polinizadores de la ciudad de Alicante. Con el objetivo de crear una base de datos que inspire a las autoridades y ciudadanía en la creación de jardines “insect-friendly”, la iniciativa persigue integrar la presencia de polinizadores en el ámbito urbano. Nacido como un laboratorio de innovación social de la UA, el proyecto pretende catalogar tanto los polinizadores como sus plantas favoritas, presentes en la ciudad de Alicante y en el campus de la UA, para proponer iniciativas de mejora ante las amenazas y el declive actual de las poblaciones de estos insectos.
El laboratorio de innovación social parte del grupo de investigación, del departamento de Ciencias Ambientales y Recursos Naturales de la UA, Bionomía, Sistemática e Investigación Aplicada de Insectos, dirigido por el profesor Santos Rojo. La iniciativa cuenta con la colaboración de la asociación El Rincón de la Abeja y del profesor Manuel Crespo, del grupo de investigación Botánica y Diversidad Vegetal, quien asesorará con las plantas. Mediante el uso de la plataforma online íNaturalist, las personas participantes pueden enviar las imágenes de los polinizadores que encuentren en la ciudad y en el campus, para crear un catálogo digital. Santos Rojo cuenta que los polinizadores “son un indicativo del estado en el que se encuentra un ecosistema y del estado del medio ambiente en general”. En este sentido, el profesor de la UA subraya la importancia de no desvincular la ciudad como parte del hábitat de los polinizadores puesto que “en la actualidad apenas existen zonas aisladas donde no haya influencia humana porque todo está conectado, incluido el ámbito urbano”.
Especies en declive
El investigador de la UA explica que, entre las principales amenazas a las que se enfrentan los polinizadores se encuentra el “cambio global relacionado de la actividad humana que deriva en el cambio climático y una amplia gama de impactos como, por ejemplo, la descoordinación de los ciclos biológicos”. Algunas especies de polinizadores se desarrollan mejor a unas temperaturas o con ciertos niveles de precipitación que, a su vez, influyen en la floración. En este sentido, Rojo apunta que “si se produce una descoordinación de los ciclos, se pueden ver mermadas las poblaciones de insectos que, a su vez, son la base alimenticia de muchos otros animales”. En cuanto a la actividad agrícola, Santos Rojo señala que, “sin perder de vista el objetivo de producción y su evidente dimensión económica, es importante realizar una gestión racional para que sea más respetuosa, por ejemplo, favoreciendo el control biológico de plagas o el uso racional de plaguicidas con la participación de los agricultores”.
El profesor de la UA comenta que la influencia del desarrollo urbanístico sobre los polinizadores se puede valorar analizando los espacios por los que muestran preferencia. En este sentido, Rojo aclara que “estos insectos son una dimensión más de la ciudad y las elecciones que hacen de los espacios nos pueden indicar, por ejemplo, la presencia o no de determinados contaminantes o impactos en un punto determinado”. Es decir, “los polinizadores pueden aportar información relevante a tener en cuenta en planes urbanísticos”.
Ciencia ciudadana
Santos Rojo asegura que una de las claves del proyecto es conectar a la ciudadanía con la naturaleza, a través del conocimiento: “No se puede proteger el medio ambiente y los seres vivos que lo habitan, sin observarlo y conocerlo”. Por este motivo, las personas que participan en la caracterización de polinizadores a través de la aplicación íNaturalist pueden catalogar la especie si saben de cuál se trata y, a su vez, cuentan con diversas capas de expertos que revisan el resultado. “Ayudamos a la ciudadanía con la clasificación de las imágenes, pero, también, les ofreceremos herramientas y recursos para que sepan cómo hacerlo de forma autónoma”, apunta Rojo.
Una vez obtenidos los datos, los expertos analizarán los resultados para tratar de entender el motivo por el que se caracterizan más especies en determinadas zonas de Alicante. “Los polinizadores actúan como bioindicadores de los ecosistemas y, si en una zona debería haber abejas y mariposas y no las hay, es importante determinar qué ocurre”, precisa el investigador de la UA. También es concluyente la relación entre los insectos y las plantas. Al estudiar qué tipo de plantas visitan más los polinizadores y analizar los datos de forma crítica, los expertos pueden ofrecer ideas a la hora de utilizar vegetación en jardines de ámbito urbano para que sean “insect-friendly”.
El objetivo global de la iniciativa es concienciar e implicar a la ciudadanía y a las instituciones para que comprendan que las áreas urbanas también forman parte del ecosistema. Y, además, promover el conocimiento de los insectos para minimizar la imagen negativa que se les asocia en ocasiones. “Debemos entender que dependemos de los insectos para la polinización de cultivos y el propio mantenimiento de ecosistemas”, puntualiza el profesor de la UA.
Con todos los resultados obtenidos, los expertos de la UA crearán una base de datos de polinizadores urbanos y sus plantas favoritas. “Nuestra intención es ofrecer a las autoridades y asociaciones en general, nuestro asesoramiento para la instalación de zonas verdes que permitan la renaturalización de nuestras ciudades y preservar los polinizadores”, afirma Santos Rojo.
El proyecto de caracterización de polinizadores cuenta con el apoyo del Vicerrectorado de Igualdad, Inclusión y Responsabilidad Social y de la Biblioteca de la UA. El objetivo de la creación de laboratorios de innovación social es ofrecer espacios de apertura a nuevas posibilidades de cooperación entre la institución, la ciudadanía y las entidades sociales como, por ejemplo, la Asociación de vecinos de Carolinas Bajas que acogió recientemente uno de estos talleres. Mediante el impulso de procesos creativos a partir de la inteligencia colectiva, más allá de las herramientas tradicionales, los laboratorios sociales ofrecen a la ciudadanía la posibilidad de participar en la mejora de su entorno.