El MUA inaugura “La máquina de sangre”, una exposición tejida a dos voces por la artista Susana Guerrero y la comisaria Remedios Navarro
La artista ilicitana Susana Guerrero y la técnica de arte Remedios Navarro, presentan “La máquina de sangre”, una exposición que inaugura el Museo de la Universidad de Alicante (MUA) el próximo viernes 13 de diciembre, a las 20 horas, y que permanecerá abierta al público hasta el 9 de marzo de 2025, en la sala Sempere.
Guerrero y Navarro, comisaria de la exposición, explican que la muestra ha sido forjada a fuego lento durante dos años y tejida a dos voces, con un hilo conductor que sostiene la trama de esta exposición: “el concepto del tiempo en continua renovación y atravesado por el principio creador femenino del que todo surge; el recorrido interior por el cuerpo de la madre, encarnado en el símbolo universal del Ouroboros, esa serpiente que se muerde la cola que nos habla de la unidad y continuidad de lo existente”.
Los cimientos de La máquina de sangre se asientan en ese diálogo entre artista y comisaria, por lo que el recorrido expositivo muestra en un mismo plano de importancia todo aquello que se fue construyendo en los encuentros mantenidos entre Guerrero y Navarro durante este tiempo: esculturas, dibujos, grabados y piezas finales; los bocetos, ensamblajes y mapas conceptuales; así como las mesas de trabajo y la recolección de los materiales; también los libros y fuentes de referencia, fotografías de piezas artísticas y arqueológicas grecolatinas, orientales o aztecas; los textos mitológicos, antropológicos o alquímicos y las láminas de antiguos tratados anatómicos.
En nuestra máquina corporal, la sangre, la leche y el agua salina comparten composición, circulan y atraviesan todo por dentro y por fuera, y están presentes en nuestros cuerpos y en nuestros mitos. Por este motivo, estos tres elementos vertebran la muestra. El montaje de la exposición permite establecer un diálogo entre piezas de distintos periodos, rescatadas por la comisaria para encontrar conexiones y vínculos con nuevas lecturas; también el abordaje de la muestra como un conjunto que abarca desde sus fuentes, a sus procesos creativos y, finalmente, la obra acabada, concebida como un ejercicio de hibridación donde se fusionan los metales, la cerámica, el textil y el ensamblaje para conformar piezas e instalaciones de una fuerte carga metafórica que remiten a conceptos como renovación, curación, poder y resistencia.
Esta exposición demuestra que las historias heredadas del pasado han conformado nuestra identidad. No obstante, la voluntad de sus remotos creadores tiene mucho que ver con la afirmación de unas conductas, concepciones y valores que ya quedaron atrás hace mucho tiempo. Toca deconstruirlas, resignificarlas y crear una nueva mitología acorde con lo que somos y lo que pensamos. Y eso es lo que hace Susana Guerrero.
El trabajo de Susana Guerrero (Elche, 1972) es un ejercicio de metamorfosis, de transformación, de alquimia creativa. Desde los personajes que protagonizan sus piezas hasta la hibridación de sus formas o de los materiales empleados. Todo ha sido filtrado por una visión del mundo que aúna la herencia recibida de un tiempo ancestral, mitológico y mágico, con un quehacer analítico y doméstico que indaga en procesos de reparación, de los que deriva la creación de piezas que transmutan la vulnerabilidad en fortaleza, la muerte en vida renovada, el dolor y la herida en fuentes de curación y empoderamiento. La apropiación y reinterpretación de relatos de hembras decapitadas (Medusa, la Mare dels Peixos, Santa Catalina de Alejandría o Santa Quitéria) responde a una necesidad de sanarlas para convertirlas en heroínas inspiradoras. En este sentido, su creación funciona como un cordón umbilical que rescata cicatrices antiguas para ser reparadas con la precisión y agudeza de una curandera.