METEOROLOGÍA

De la actual ola de calor a una invasión de aire frío: el día en que Morella vio nevar un 19 de julio y Valencia iba en manga larga

ELPERIODIC.COM - 19/07/2024

Un 19 de julio de 1932, el frío y la nieve sorprendieron a España

En un hecho que parece sacado de una película, el 19 de julio de 1932, en plena canícula, nevó en España, no solo en zonas montañosas, sino también en pueblos habitados como Morella (Castellón). Esta imagen histórica, atesorada por el Ayuntamiento de Bronchales (Teruel) y que la comparte Vicente Aupí en la red social 'X', nos recuerda un verano de récords, con temperaturas extremadamente bajas y precipitaciones torrenciales.

Las crónicas periodísticas y los boletines meteorológicos de la época confirman lo que parece una anécdota: las temperaturas máximas ese día fueron de apenas 10-11ºC en Ávila, Teruel y Soria. En Valencia, la máxima no superó los 17ºC, una cifra impensable para un 19 de julio. De hecho, en la actualidad, es difícil que la mínima nocturna en Valencia baje de los 20ºC.

La causa de este fenómeno tan inusual pudo haber sido una invasión de aire frío del norte, como lo demuestra el mapa meteorológico de la época. Este patrón, similar a los que se observaban en invierno durante las invasiones polares de mediados del siglo XX, provocó nevadas y temperaturas propias del invierno en pleno verano.

Pero la nevada de julio de 1932 no fue lo único excepcional de ese año. Las lluvias también fueron torrenciales, con registros de más de 100 mm en 24 horas en Tortosa, por ejemplo. De hecho, 1932 fue el mes de julio más lluvioso en la historia de Tortosa, con 186 mm, y también en San Sebastián/Igueldo, con 232 mm.

Los expertos apuntan a la erupción del volcán Quizapú en Chile, unos meses antes, en abril de 1932, como posible causa de este año sin verano. La erupción expulsó a la atmósfera una gran cantidad de cenizas y gases, que bloquearon la luz solar y provocaron un descenso en las temperaturas.

La prensa de la época se hizo eco de este fenómeno tan peculiar, recogiendo las quejas de la población por el frío y las lluvias, así como las pérdidas en la agricultura. Sin duda, 1932 fue un año inolvidable en la historia meteorológica de España.

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